Capítulo once

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Masato se encontraba sentado en el sofá de su habitación, al lado de Ren. Los dos estaban en completo silencio, mirando al suelo.

-Oye... -dijeron los dos a la vez sin querer-. Ah... Tú primero -volvió a ocurrir lo mismo.

Ren se aclaró la garganta.

-Masato... -suspiró-. Todo lo que ha ocurrido... ¿ha sido por mi culpa, verdad? Por lo que te dije.

-¡No! -exclamó Masato-. No... No ha sido tu culpa... Yo... Solo me encontraba mal, por todo lo que llegué a pensar, por todo el daño que he hecho... -Su labio inferior temblaba-. Ren -lo miró a los ojos-, te pido disculpas, te he molestado con mis sentimientos, con todo lo que he hecho y provocado. -Bajó la mirada, entristecido.

Ren sintió un horrible y doloroso pinchazo en el corazón. Por supuesto Masato se encontraba así por él, solo le había bajado la moral con sus asquerosas palabras, todo para librarse de él. Ren se arrepentía, y mucho, pero ahora ya no servía de nada. Encima ahora Masato se disculpaba con él. 

De repente, en un impulso, cogió el rostro del peliazul entre sus manos y juntó los labios de los dos.

Masato abrió los ojos de par en par, sin moverse. ¿Qué estaba pasando allí? Ren movió con lentitud los labios sobre los de Masato. Bajó las manos por su cuello hasta sus brazos. Los agarró de las muñecas, mientras seguía besándolo. Lo tumbó en el sofá y puso las manos del peliazul sobre su propia cabeza. Ren no sabía lo que estaba haciendo, pero su cuerpo deseaba a Masato. Masato sintió un hormigueo en su estómago, los labios de Ren eran muy cálidos contra los suyos... Cerró los ojos y gimió en el beso, mientras lo correspondía. Ren, a horcajadas sobre él, siguió besándolo, lamiendo sus labios de vez en cuando, intentando colar su lengua dentro de Masato. Se separó un poco, estirando de su labio inferior.

-Masato... -dijo con la voz entrecortada-. ¿Esto es lo que deseas, verdad? No quiero verte sufrir más, estemos juntos.

Masato no podía creer lo que sus oídos oían. Ren soltó sus muñecas y Masato se incorporó. Se quedó mirándolo en silencia.

-¿Te refieres a...? ¿Co-Como una pareja...?

Ren asintió, cruzándose de brazos.

El corazón de Masato golpeaba su pecho con rapidez.

¿Un sueño? ¿Un milagro? ¿Todo era así de sencillo? Había pasado días y días sufriendo por no ser correspondido, y de pronto... ¿Ren quería estar con él? 

-Ren... ¿Estás seguro? -Alzó una ceja-. ¿Po-Por qué de repente?

-¿Te quiero? -Ren también alzó una ceja. Apartó la vista, sin atreverse a mirar a Masato.

Masato se quedó petrificado. ¿Que Ren le quería?

-¿Pero por qué? -Su corazón latía con gran velocidad-. Hace unos días me decías que solo era un juguete, y ahora... ¿te has enamorado de mí?

Ren acercó su rostro al de Masato hasta rozar sus narices. Lo miró con ojos fieros y apasionados.

-¿Quieres estar conmigo o no?

Masato sintió cómo sus mejillas ardían al tenerlo tan cerca.

-S-Sí -dijo en un susurro.

-Entonces cállate -le ordenó antes de silenciarlo con sus labios.


Aquella noche Masato no pudo dormir. Entre sus labios se escapaba una sonrisilla. Sí, había sido muy extraño, pero ahora Ren era su... novio. Masato rió por lo bajo al pensar en esa palabra. ¡Estaban saliendo! No podía ser más feliz. Ocultó el rostro en la almohada, riendo suavemente. ¿Qué cosas harían juntos? ¿Llegarían a casarse? Masato sacudió la cabeza. Se estaba precipitando. Dejaría que todo avanzase con naturalidad. Abrió los ojos. ¿Qué pensaría su padre...? ¿Debería ocultárselo? No supondría un gran problema ya que casi nunca lo veía. Cerró los ojos, pero volvió a abrirlos. Definitivamente no podía dormir. Se levantó del colchón y se asomó a la cama de encima, la de Ren. Se giró para ver si Ranmaru seguía dormido. Sí, sus ronquidos casi hacían retumbar el suelo, sobretodo con esa voz tan grave... Subió las escaleras y movió el hombro de Ren.

Idol's Love: Second Melody [pausada]Where stories live. Discover now