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Obsesión con hombres número veintinueve:

"No importa si incluso tienes un cartel en la cabeza que diga... 'Estoy mal'... los hombres no lo entenderán.

Para ellos puede significar muchas cosas e incluso que estas diciendo que estas bien. No es que sean despistados o que no quieran saber de ti, es su naturaleza tratar de no meterse en la vida de las mujeres para no incomodar. Cuando las mujeres pasamos por un rompimiento, nuestro deseo es que nos escuchen y que nos digan que comprenden aunque estemos equivocadas, cuando son ellos... pues... solo se lamentan y siguen, no les importa si tu entendiste o no, si estas con el o no, solo se lamentan. Eso hace que no presten atención a los detalles y que las mujeres seamos directas para que puedan comprender mejor".

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-corre niña, corre- grito una voz a lo lejos.

Me levante del suelo y  corrí con todas mi fuerza a un lago, me lance a el y mi cuerpo se hundió  como piedra. Intente salir pero no podía algo me halaba más profundo al  lago. Mire hacia abajo y era una soga en mi tobillo, no me dejaba  subir. Me voy ahogar sino la corto, necesito pensar rápido, me queda  poco oxígeno. Una mano entra por el agua para ayudarme, no la alcanzo,  sus dedos rozan con los míos. Intento el último impulso, me aferro a sus  dedos y me atrapa. Oxígeno, valioso oxigeno entra en mis pulmones.

Me levante de golpe en  el sofá del Dr. Lynn respirando el valioso oxigeno que esa ilusión me  quito. Mis manos tiemblan de la impresión del realismo que tuvo esta  última sesión.

-Isabella- intento tocar mi cabeza. Le golpe la mano y lo aleje de mí.

-no me toque- caí del  sofá y me arrastre en el piso hasta llegar al rincón del consultorio. 

Abrace mis piernas y me quede ahí por un momento, respirando.

-Isabella, ¿qué sucedió? Dejaste de responder a mi voz, dije que no debías hacerlo- se escuchaba enojado.

-no más, por favor... por favor- suplique entre lágrimas -se que fue malo pero es mi padre, no mas... por favor-.

-has tenido buenos avances Isabella, no debes rendirte ahora que tenemos un recuerdo-.

-es solo uno doc, no sabemos con certeza si sea cierto-.

-Isabella, mírame.  Confía en mi- puso su mano en mi espalda -ayer fue un gran avance,  pudiste recordar cuando tenias cinco y estabas en casa jugando con un  par de muñecas, esto es solo otro avance-.

-¿por qué me golpea? No  entiendo, usted debería saberlo- esta ilusión fue mas fuerte que la  anterior, apenas tenía seis y corría por el prado hasta que alguien me  seguía con un arma y quería matarme. Era de nuevo mi padre, una señora  gritaba que corriera y luego caía al lago.

-quizás es solo una representación de algo- me tomo del codo para que me levantara.

-no más doc, por favor no más- lo tome de la chaqueta.

-Isabella, una regresión  más. Eso es todo y podrás descansar hasta el martes, te lo prometo-  dijo muy calmado -solo no pierdas el sonido de mi voz ¿ok? Es difícil  pero estamos pasando de una regresión a otra. No te dejes vencer ahora  que estamos avanzando. Los golpes deben ser algo que represente el  rechazo de tu padre hacia ti, debemos descubrir porque. ¿Estás conmigo?-  me tome unos minutos para repasar todo en mi cabeza y poner en orden  mis ideas.

-si- afirme con la  cabeza -será la última, solo una más- tome aire para poder continuar. Se  podria decir que llegue al extremo del masoquismo pero hasta yo misma  deseaba descifrar lo que mi cerebro quería decirme.

OBSESIONADA CON LOS HOMBRESWhere stories live. Discover now