Capítulo 42

390K 24.5K 5.7K
                                    

Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía Amazon.  

*

CAÍN BENNET.

Después de haber hablado con Cailín lo suficiente, decidí que pensar en todo estaría bien para ella y para mí. Aunque en realidad yo no tuviera mucho en qué pensar.

En mi segundo horario libre, Cailín ya se había ido al departamento porque ya no le quedaban más clases. Vi a Annie leyendo una hoja sentada en una de las bancas del patio central, me acerqué a ella, en realidad necesitaba su ayuda.

– Hola Annie –Sonreí. Ella frunció el ceño mirándome, en realidad nunca habíamos estado solos antes, ella no me dirigía la palabra a mí ni yo a ella.

– Hola –Respondió con extrañeza.

– No estoy aquí para hacer vida social –Reí y ella sonrió. –Necesito tu ayuda.

– ¿De qué le serviría mi ayuda a Caín Bennet? –Se preguntó a sí misma en un tono sarcástico.

– Con Cailín.

– Si esperas que obligue a mi mejor amiga a estar contigo, estás perdiendo tu tiempo –Me sonrió.

– No es eso –Reí. -¿Supiste que Ian nos encontró...?

– No –Abrió sus ojos mirándome. –No puedo creerlo, Cailín no me lo ha contado. No hemos tenido tiempo para hablar.

– Bueno ocurrió eso desagradable y ahora quiero comenzar desde cero –Hable sincero. –Necesito que me ayudes, nunca he hecho esto, pero ahora en realidad quiero hacerlo.

– ¿Qué quieres hacer?

– Tal vez darle una sorpresa –Me encogí de hombros y ella rio. – ¿De qué te ríes?

– De ti, nunca imagine esto antes.

– Bueno, ahora imagínalo. No quiero que te burles.

– No, me parece tierno... Es sólo que desde la persona que viene me parece gracioso –Sonrió intentado esconder la carcajada que tenía en la garganta.

– Solo quiero que me digas qué puedo hacer o que cosas le gustan o le disgustan, no lo sé.

– Pensé que venías con una idea –Entrecerró los ojos.

– No me pidas tanto –Me senté a su lado y apoye mi espalda en el respaldo de la banca.

– Puedes hacerle un... ¿Regalo?

– Un regalo puede hacerlo cualquier persona, no.

– Entonces no le regales nada.

– No estás ayudando.

– ¿Una cena romántica?

– Las odio.

– ¿Un paseo por la orilla de la playa?

– Aburrido.

– ¿Escríbele un libro?

– No –Fruncí el ceño mirándola.

– Sólo bromeo.

– Soy un idiota pensando en estas cosas.

– Tengo una idea –Abrió sus ojos mirándome como si se le hubiese iluminado la ampolleta en su mente.

--

CAILÍN TAYLOR

Estando en mi departamento todo era más fácil. No había presión.

CAÍN © #1 EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now