— Ninguna Salida — Hablo el primer abogado — Solo las dos de cual usted tiene conocimiento —Informo retóricamente cerrando la carpeta.

—El Wizengamot, entrara en vigor en ocho meses por lo mínimo — Hablo el segundo, hojeando los documentos.

—No hay otra alternativa - Tomo la palabra el primer abogado — Todo esta en sus manos — Término este y ambos se levantaron y abandonaron el despecho.

— ¡Malditaseas Lucius Malfoy, por no heredarme en vida!— Azoto contra la gran puerta de madera un objeto que tenia rato manipulando.

¡Toc! ¡Toc!

¡Toc! ¡Toc ¡ ¡Toc!

—Adelante — Ordeno y tras la puerta apareció un pequeño elfo domestico.

—Señor Malfoy, lo solicitan — Informo el elfo y el pensamiento del rubio viajo hacia el recuerdo de quien por sangre es su prima.

—Si este Tonks, dile que se largue por donde vino — Ordeno mordazmente.

—No es Tonks, soy yo... Granger — Hablo la chica entrando a la oficina, el rubio la miro por unos segundos.

—No te han enseñado que para entrar a una estancia debes ser invitada por el dueño — Hablo paulatinamente en tono burlón.

—Dejémonos de cordialidades — Pidió la chica.

—Por mi esta bien Sangre sucia - Se mofo el chico — ¿A que debo el honor de tu desagradable visita?

—Malfoy veras, la desquiciada de Tonks, propuso algo que a mi parecer es ridículo pero podría solucionar nuestros problemas — Farfullo la chica con nerviosismo.

— ¿Estarías dispuesta a casarte por? — Interrogo nuevamente el rubio.

—Mis motivos no importan — Respondió ella cruzando sus brazos a la altura de sus pechos, el se mantuvo en silencio unos escasos minutos, de todas formas no tenia otra salida.

—De acuerdo —Acepto el muchacho — Bajo mis condiciones claro esta.

—Creo que no hay más alternativas — Razono Hermione, y él asintió.

La observo de arribo abajo, vio sus piernas torneadas, la falda que la castaña llevaba puesta era algo infantil como para una quinceañera, portaba una camiseta blanca que combina a la perfección con su falda rosa, su cabello para el entonces era rubio castaño y liso, Hermione se sintió incomoda e intimidada, por la mirada del chico.

—¿Y bien? — Pregunto nuevamente la chica y el pareció reaccionar.

—Vivirás bajo mi techo— Empezó a enumerar él — No quiero por ningún motivo que desobedezca alguna de mis peticiones — Hizo un gesto con sus manos para que ella callara — Portaras como la señora Malfoy, es decir tendrás que cambiar la forma de vestir — Se detuvo y la observo nuevamente — No quiero que otros hombres puedan ver lo que será mío — Enfatizo refiriéndose a sus piernas, Hermione se ruborizo al instante.

— ¿Me serás infiel? — Pregunto la castaña y él la miro con un deje de burla mas sin embargo su respuesta fue seria.

—No — Aseguro Draco.

— ¿Como puedo saberlo? — Interrogó nuevamente la chica sin creer al joven que se encontraba ante ella.

—No puedes—Respondió el rubio con una pícara y gustosa sonrisa—Tendrás que creer en mi palabra—Comentó observando a Hermione, cautelosamente esperando su rápida reacción.

— ¿De verdad crees que voy a creerte, Malfoy? —Preguntó la chica con total inconformidad mientras se cruzaba de brazos y entrecerraba sus ojos.

—Granger, no me importa que me creas o no—Testificó seriamente él —Sólo eres una asquerosa sangre sucia que por malas circunstancias  será mi esposa —Corto tajante.

 Hermione lo observo con algo de enfado más no respondió, ella misma se había metido en ese lió y todo por él, Sirius Black.

—Solo espero que cuando mi primo quede en libertad no vallas corriendo tras él — Revelo Draco, ha quien en poco tiempo se convertiría es su esposa, Hermione lo miro con desconcierto y la furia incrementando en sus venas — Deberías cerrar más tu mente — Burlo el chico — ¿Solo dime que no te dejaste poner las manos por ese asqueroso viejo? — Pregunto el muchacho con una sonrisa de burla.

— ¿Cómo te atreves Malfoy? —Una pregunta demasiado ridícula pero su mente estaba procesándolo todo.

  ¿Como es posible que pensara en Sirius delante de él? Imbécil Hermione, se regaño mentalmente, estaba hay poniéndose en manos de su peor enemigo por el ser a quien ella amaba, y aunque es muy loco creerle, ella se había enamorado de Sirius Black, a sus trece años, un amor platónico y cuando tuvo sus dieciséis fue correspondido bajo un ardiente beso, actualmente a sus veinte años, solo vivía recuerdos de besos gastos, sin llegar más que ha un abrazo.

—Veras, Granger — Malfoy resoplo — Dejémoslo hasta acá, solo espero que cuando el perro pulgoso salga no vallas tras él — Testifico seriamente ── Ahora seras mía. 





Juego sucio: El precio de la libertadWhere stories live. Discover now