— Parece falso— dijo una prima de Camila que acababa de acercarse hasta donde estábamos nosotras. Camila quitó la mano del agarre de la mujer y le dio una mala mirada a su prima, por lo que casi empiezo a reírme en medio de la escena. Mi prometida entrelazó sus dedos con los míos, y yo comencé a acariciar su mano con mi pulgar para tranquilizarla.

— Solo dices eso porque nunca viste un diamante real y no sabes cómo son.

Sin más, Camila comenzó a caminar hacia el interior de la casa y me arrastró con ella. Aunque no es como si yo hubiese querido quedarme más tiempo cerca de aquellas personas tan insoportables.

— ¿Estás segura de que no quieres casarte en Las Vegas, solo nosotras dos? — Propuse en burla, pero con un pequeño porcentaje de honestidad en lo que decía—. No creo que pueda soportar a toda tu familia sobre nosotras el día de nuestra boda.

— Si hacemos eso nuestras mamás agarrarían a cada una por las orejas y nos obligarían a casarnos de nuevo aquí.

Las dos reímos por lo cierto que eso era y decidimos aceptar nuestra fatal suerte. De cualquier manera, algún día encontraríamos una solución y de tener que soportar aquel mártir, no era nada que un par de burlas a los amigos estirados de nuestros padres no pudiesen arreglar.

*

— Si hay algo que amo de las fiestas de tus papás es el alcohol— balbuceó Dinah, quien ya arrastraba las palabras a medida que hablaba. Y cómo no, si ya se había terminado una botella de quien sabe qué junto a Normani y Ally.

La fiesta había terminado unas horas antes, y las chicas habían llegado un rato después. Sinu las había invitado a la celebración, pero ellas se habían negado diciéndole que tenían compromisos familiares, pero la verdadera razón era porque no les gustaba tener que estar tanto tiempo rodeadas de '"ineptos con dinero". Ojalá yo pudiese zafarme de tener que soportarlos de la misma manera.

— Sophie acaba de llegar— anunció Normani, quien se levantó como pudo y fue a buscar a la chica.

— ¿Quién es Sophie? — Camila se removió un poco, buscando acomodo en mi regazo, donde estaba sentada, y pasó sus brazos alrededor de mi cuello en una especie de abrazo de lado.

— Es una amiga de Normani— respondió Ally.

Normani llegó junto a Sophie, y nos la presentó a Camila y a mí, quienes al parecer éramos las únicas que no la conocíamos aún. Se veía como una buena chica y no tardó mucho en adaptarse al grupo. Dinah y Normani aprovecharon a su nueva víctima y no tardaron mucho en embriagarla.

— Déjame. — Camila apartó la mano que yo trataba de meter en su oído de un manotazo y todas dirigieron su atención a nosotras.

— Ven acá, mi amor. — Me acerqué a su cara haciendo gestos exagerados de besos y ella me apartó con una mueca de disgusto.

— Aléjate.

— Pero si yo solo quiero darte amor.

— Que loca— espetó, levantándose de mi regazo para ir a sentarse en otra silla junto a Dinah y bastante lejos de mí. Luego, todas comenzamos a reír porque ese tipo de escenas eran típicas entre Camila y yo.

Más tarde, Camila hablaba con Dinah y Ally, mientras que Normani estaba tirada sobre el césped haciéndose preguntas existenciales para las que no tenía respuesta. Sophie estaba apartada de todas, mirando el vaso rojo que tenía en sus manos. Decidí que no era mala idea si me acercaba a ella.

— Hola— dije de manera amable. Usualmente las personas decían que yo era intimidante, y lo menos que quería era asustar a la pobre chica que ya se veía algo perturbada.

— Hola— respondió de vuelta.

— ¿Dónde estudias?

— En Los Ángeles.

— ¿Y por qué estás en Milwaukee?

Sabía que mi intento de conversación parecía más bien un interrogatorio, pero no podía hacer nada si la chica no sacaba ningún tema de conversación tampoco.

— Navidad.

— Parece que no eres de muchas palabras. — Más que una pregunta era una afirmación y ella asintió de manera tímida con la cabeza baja—. No tienes por qué avergonzarte de ser tímida.

— Dis...Disculpa. A veces me pongo muy nerviosa y enredo las palabras, es por eso que no hablo mucho. — Finalmente me miró a los ojos y no pude evitar perderme en ellos al notar el color que estos tenían.

— ¿Te cambian los ojos de color? — Le pregunté curiosa, a lo que ella asintió.

— Tus ojos son muy bonitos— me dijo sonrojada, pasando un mechón de cabello detrás de su oreja.

— Amor, vamos— me llamó Camila, que ya estaba dentro de la casa con las chicas, y supuse que era momento de ir a dormir. Sophie y yo nos levantamos y entramos a la casa. Cuando estuve al lado de Camila pasé mi brazo por encima de su hombro y ella pasó el de ella por mi cintura.

— Normani va a dormir conmigo. Sophie se queda con el elfo— gritó Dinah apenas entramos a la habitación de invitados.

— Nadie va a dormir con nadie porque hay suficientes camas para todas— puntualizó Camila, con un tono autoritario que siempre usaba cuando las chicas se embriagaban y tenía que cuidarlas. Un tono al que yo estaba bastante acostumbrada.

Camila comenzó a organizar a las chicas para dormir, las arropó y les dio un beso en la frente antes de apagar las luces. Mi prometida y yo salimos de la habitación de invitados para ir a la suya, que quedaba al otro lado del pasillo. Después de quitarnos los molestos vestidos y ponernos solo una franela grande que nos cubría hasta la mitad de los muslos, nos acostamos. A los padres de Camila no les importaba que durmiéramos juntas, considerando que ellos prácticamente nos habían obligado a hacerlo.

— Laur...

— Mmm.

— ¿No te gustaría ser libre?

— Soy libre— murmuré adormilada. Había tomado un poco y en vez de despertarme, me había dado más sueño. Además de que la habitación de Camila estaba oscura, su cama era caliente y sus brazos eran muy cómodos.

— No hablo de que no seamos esclavas o de que tengamos derecho de expresión. Me refiero a ser libre, como los pájaros.

— ¿Quieres volar?

— No, estúpida.

— ¿Entonces, de qué hablas? — Pregunté verdaderamente confundida.

— Hablo de que me gustaría huir un día y hacer mi camino, tomar mis propias decisiones.

— Pero ya estuvimos viajando todo el verano— le dije, sin entender aun lo que ella quería decir, o tal vez muy cansada como para hacerlo.

— Un viaje en el que nuestros padres controlaron cada movimiento que hicimos. Yo hablo de un road trip, ir a donde el destino me lleve. Quiero dejarme llevar y dejar de complacer a todos... Quiero ser libre, Lauren.

— ¿Puedes ser libre mañana? Tengo sueño. —Camila me dio un beso rápido y nos acomodó hasta que ella tenía su brazo alrededor de mi cintura y mi espalda estaba pegada a su pecho.

Sentí que murmuró algo un rato después pero el sueño podía más que yo, y no pude entender muy bien que había dicho.

Ojalá le hubiese prestado más atención esa noche. 

N/A

Bienvenidos. Espero que sufran tanto como yo escribiendola :)

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Muchas gracias por leer!

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