símplemente único

55.3K 2.2K 44
                                    




Podría iniciar esta bella historia como las típicas: "el sol se cuela en mi ventana y abro los ojos con el despertador retumbando mis oídos", ajá, si podría iniciar así, pero no puedo, porque no fue el sol o un despertador lo que me ha despertado, más bien me despertaron los paramédicos.

Agregando algo, no he dormido, más bien me desmayé en plena avenida mientras caminaba con mi hermana, se suponía que pasaría mis vacaciones en su casa y teníamos montón de planes por hacer, pero no fue así, ahora estoy interna en un hospital y me están haciendo montón de exámenes. Resulta que me retorcí de dolor y creí estar completamente sana, pero la vida me demostró que no era así.

—Has tenido una peritonitis —dice un cirujano—. Tenemos que llevarla de inmediato a cirugía.

Bien, tuve que pedir explicación pero mi hermana me dijo que se me había explotado la apéndice y eso es muy grave si no se trata de inmediato.

Y me llevaron a cirugía de inmediato, porque el problema era grave, muy grave. Solo cerré mis ojos en cuanto me anestesiaron y el dolor pudo calmarse.

No sé cuanto pasó pero después de despertar, me explicaron todo y me dijeron que tuvieron que quitarme el apéndice y hacer una limpieza en la cavidad abdominal.

Eso significa que casi podía morirme.

Eso significa que tendré que permanecer en la sala hasta que me cure porque me tendrán bajo tratamiento.

Mi vida cambió por completo de un momento a otro, le pedí a mi hermana que no le dijera nada a mi mamá para no preocuparla, pues vivo muy lejos de ella y trabajaba mucho para sustentarse, no quiero que venga a cuidarme y su preocupación sea mayor. Mi hermana dijo que como trabaja y tiene su familia, ella haría todo lo posible por venir diario a cuidarme, pero no podría quedarse a dormir. Lo entendí.

Y así fue, fueron días de dolores y tratamientos que a veces me preocupaban náusea, había caído en un pozo sin haber entendido que desde hace mucho ya estaba recibiendo señales en mi cuerpo y que pude haber evitado esto.

Dicen que me tendrán aquí un buen tiempo porque eso provocaría una infección y que ademas deben hacerme limpieza cada vez que se requiera.

Estoy en una sala dividida con varios pacientes con el mismo problema, cuando corren la cortina puedo ver a los doctores y enfermeros pasando de un lado a otro, pero eso me incómoda porque lo único que deseo es escapar de aquí.

Entonces lo ví a él...

No había mucho que decir de él; Bueno..., si hay demasiadas cosas que contar.

Lo miré a tan solo unos metros de distancia y supe que llenarse los ojos de su belleza no conformaría mi sed de mirarlo.

Pero ahí estaba él, tan concentrado, tan entregado a lo que realmente ama: a su trabajo.

Paralizada y atónita sin poder pestañear ante semejante creación divina me doy un golpe mental para reaccionar.

Nuevamente lo miro; sus ojos negros, sus labios con un leve tono rosa y provocativo.
Tan sublime, tan provocativo y diferente ante cualquier otro hombre. Simplemente único.

Labios ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora