—¿Nade juega contigo? Yo tenía entendido que eres el ángel más querido de aquí.

El demonio miro al ángel con más detenimiento logrando observar el deje de tristeza sobre su semblante y como tímidamente comenzaba a jugar con sus manos.

—El creador dice que soy muy especial para entender muchas cosas, pero nunca sé a que se refiere ni porque no me deja hacer lo que los demás ángeles.

—Tu inocencia es a lo que se refiere.— Baekhyun se encogió de hombros mientras observaba levemente sus uñas.— No es un secreto que por todos lados ronda el rumor de que eres el ángel más puro de este lugar.— Le restó importancia encogiéndose de hombros y haciendo un gesto ligero con su mano.—Si quieres te puedo mostrar aquellas cosas que tu "creador" no te deja ver.

Chanyeol levanto la vista, repentinamente emocionado por las palabras del otro.—¿Me mostrarás el mundo humano como realmente es?— El ser de luz no era tan tonto, había logrado ver como a algunos de sus colegas los llenaban de trabajos para ayudar a los humanos pero a él nunca lo dejaban hacer nada y eso lo ponía triste, ¿Es que acaso no era lo suficiente bueno para ayudar a los humanos?

En todo momento el demonio no dejaba de observar al pequeño ángel, que en realidad de pequeño no tenía nada pues su estatura decía lo contrario pero su pureza decía otra cosa.

—Si eso es lo que quieres debes venir aquí conmigo, solo así te puedo mostrar.

Si Baekhyun lograba hacer que el ángel cruzara al lado del infierno, estaría condenado directamente al chico. Las tierras del infierno estaban llenas de pecado, perdición y lujuria. Si Chanyeol cruzaba lo tendría todo totalmente fácil, sería pan comido hacer que le arrancaran las alas a ese ángel por desacato, y de pasó le daría un gran golpe al cielo si hacia que perdieran al ser más puro que en ese lugar habitaba.

El ángel lo pensó unos segundos. Algo que le repetían infinidad de veces es que no podía cruzar la línea del cielo y el infierno pues eso desataría una catástrofe, tampoco quería hacer enojar al creador.

—Señor demonio.— Jugó con sus pies, revolviendo algunas nubes.— ¿Podemos jugar cada uno en el límite? El creador me dijo que está prohibido pasar la línea y que es lo mismo para los demonios, no lo quiero meter en problemas.

¿Meterlo en problemas? Ese chico sí que no tenía sentido de lo que pasaba a su alrededor, no sabía, al parecer que la vida de los demonios se basaba en meterse en problemas. Lo pensó unos segundos, tal vez por hoy fuera bueno solo meterlo en problemas poco a poco, así haría cosas pequeñas hasta hacerlo pecar por completo.

—De acuerdo, ángel, juguemos dentro de nuestros límites.—Se recostó sobre el suelo árido y caliente del infierno indicándole al chico que se recostara sobre las nubes.—Y bien niño, ¿Qué es lo que quieres saber del mundo humano?

El chico despistado lo pensó algunos segundos, no sabía realmente nada, incluso de su mundo, así que al final se decidió a preguntar.—¿Qué es lo que hacen los demonios?

El más bajo tuvo que morder su lengua para no echarse a reír ante tal cuestión ¿Quién diablos era ese chico? Al parecer era algo muy valioso en su mundo, de lo contrario ese dichoso creador no lo protegería tanto como para no mostrarle la realidad del mundo.

—Oh, pequeño.—Sonrió de forma ladina.— Los demonios hacemos...hmn, maldades a las personas que se portan mal en el mundo humano.

—¿Hay personas malas en el mundo humano?

El más alto llevo sus manos hasta sus labios, cubriéndolos, mostrando así su gran impresión. El demonio solo negó, tanta inocencia lo abrumaba.

Ángel de cristalWhere stories live. Discover now