capitulo 2

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-Narra Lauren-

Mi madre estaba cada vez peor, era por el trabajo, lo sabía. Pero si era útil en mi trabajo no me despedirían. La jefa estaba como loca en este tiempo.
Me levantaba a las 6 am para dejar todo limpio, y ocuparme de los animales antes de que salga el sol.
-Lolo!-. Me saludo Martín, era otro granjero de mi edad.
-hola tin, que tal los caballos?-. Pregunte
-mi padre dijo que estarán mejor. Tienen que venir los veterinarios hoy para que vean a las yeguas-. Me informó
-espero que mejoren-. Dije sonriendo
-no sabes como se llama la hija de la jefa?-. Preguntó
-solo conocí a una, creó que Lisa-. Dije
-la de pelo rojo, parece diferente-. Dijo el con esa mirada que ya conocía.
Nos criamos desde chicos aquí, ya que nuestros padres trabajaron siempre para esta gente. No entiendo como mi madre soportó tanto tiempo, realmente eran insoportables.
-Enamorado de la jefa?-. Pregunte riendo
-no, ella no se fijaría en alguien como yo-. Dijo
-no te tires tan abajo, eres guapo-. Le dije
-uy, te gusto-. Me cargaba
-no eres mi tipo, lo siento-. Le dije juntando una montaña de paja.
-donde llevas eso?-. Me preguntó siguiéndome
-las gallinas tienen que poner huevos. Y no hay suficientes nidos-. Dije
El volvió a su trabajo, y yo al mío.
Tenía que pasarme toda la mañana ahi, siempre estaba sola, pero hoy parecía ser la excepción.
La cancha de obstáculos estaba cerrada, porque el movimiento de gente empezaba a las 8 am, era las 6:30 cuando vi pasar a Lisa, que parecía estar buscando algo, hasta que me miro.
-Hola!-. Me saludo.
-hola, buen día señorita-. Le dije con todo respeto
-no me digas así por favor!-. Me dijo, se notaba que estaba todavía algo dormida.
-lo siento-. Dije
-tu cuidas aquí? Tu puedes abrir la cancha?-. Pregunto ella
-claro, pero el Señor Juan no esta despierto a esta hora, su horario es a las 7:15. Así que no hay caballos hasta esa hora-. Le dije
-genial-. Dijo ella quejándose, lo sabía... Era como los demás.
Rodé mis ojos y me dispuse a seguir con mi trabajo.
-espera! Hay algún lugar donde pueda esperar?-. Me pregunto
-su casa esta por alla-. Le dije sonriendo
-otro que no sea ese-. Me dijo
Espera!, que clase de persona que tiene una mansión, todas las comodidades, desayuno de primera clase, quiere quedarse en un establo lleno de paja, barro y animales?. Why?
-en el establo, pero no es muy lujoso-. Le dije riendo leve
-no importa-. Me dijo sonriendo
Bien, si me regaba esa sonrisa la dejaba vivir en el establo por siempre.
Ok basta Lauren.
-bien, sigueme-. Le dije.
Yo todavía no había desayunado, y me tocaba desayunar. Pero no iba a hacerlo con ella ahí mirando, estaba segura que ella no había desayunado, digamos era super temprano.
-bien, no tengo café de una super máquina, ni leche de mercado. Pero si quieres puedo hacerte un café como tomó yo, con leche natural-. Le dije
-no hace falta-. Me dijo tímida
Ella era la dueña y le daba vergüenza, tiene sentido.
-mira, estoy segura que ayer te diste ese golpe por no tener azúcar en sangre. Este deporte requiere concentración y si no tienes nada en el estoma...-. Me interrumpió
-esta bien!-. Dijo sonriendo
-bien, probaras algo delicioso-. Le dije sonriendo también.
Fui a la parte de atrás e hice el café con leche y corte bizcochuelo.
Hice una mesa improvisada y ella miraba con cara de ilusión como una niña.
-tiene que probar esto-. Le dije dándole el bizcochuelo
Ella lo probó y creó que se enamoró de el.
-esto esta increíble!-. Dijo
-mi madre lo hizo-. Dije sonriendo
-tu madre era la cocinera no? Me recuerda a los que comía de chica-. Me dijo
-si, ella... Era cocinera-. Sonrei, le entregue su café, también lo probó
-esto es increíble, tendrías que trabajar en la cocina también-. Dijo ella
-con el establo y los animales me alcanza y sobra-. Le dije
-es mucho trabajo?-. Preguntó
-si. Todavía no se que hace la jefa desayunando conmigo. Pero bueno-. Dije
-tu me invitaste-. Me dijo sonriendo
-no pensé que aceptarias-. Le dije
A ella se le borró la sonrisa y miro a la puerta del establo.
-LISA POR EL AMOR DE DIOS! QUE HACES REGALANDOLE COMIDA A LA EMPLEADA!-. preguntó mi madre
-madre, ella me hizo el desayuno. Yo no le di nada-. Dijo Lisa
-bien, ve, Juan esta esperando con un caballo-. Dijo la mujer calmada.
Lisa dejó la taza y fue, por qué le tenía tanto miedo?.
-escuchame bien niña, aquí estas trabajando, no eres un igual. No tienes dinero, te vistes feo, y tienes los días contados aquí. No intentes acercarte a mi hija otra vez, conozco tus intenciones, hacerte la víctima con tu madre enferma para que mi bondadosa hija te de dinero. Alejate!-. Me dijo, no sabía si llorar, reír, o golpearla.
-señora, perdone usted, pero trabajo en el establo. Y ella sólo quería esperar en un lugar seguro. Esto es todo de ella, no es mi propiedad, así que sólo le hacia compañía, no es que seamos amigas. Soy empleada y mi deber es servirles. Cruzar nos vamos a cruzar-. Le dije ella parecía está pensando.
-Dios mío. Lo que sea, pero no intentes nada. Conozco a la gente como tu madre, y tu eres su hija. No creó que sean muy distintas!-. Me dijo saliendo.
Apreté los diente para no decirle nada, ella se metía conmigo y con mi madre cada que podía, era personal, pero no podía decir nada ya que terminaría en la calle.
Patee la mesa improvisada y tire el café de Lisa y el mío también.
Sólo intentaba ser amable, pero ya que más daba.

Blanco Y NegroWhere stories live. Discover now