Capítulo 6: "El juego"

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Era verano y muchos niños y niñas esperaban con ansia sus vacaciones, muchos hablaban de lo que querían hacer, otros planeaban de la cantidad de juegos que iban a jugar como también de los viajes que querían hacer con sus padres la mayoría estaban alegres porqué faltaban minutos para que sonara el timbre y poder comenzar. Pero había un niño que ignoraba toda ansia y planes porque consideraba las vacaciones como algo no tan especial ya que no esperaba nada especial, la única diferencia que le veía es no tener que levantarse temprano para salir a estudiar, bueno ya se saben de quién, es Armin solo recogiendo sus cosas en su pequeño morral, observando el reloj para tener que irse a su casa y continuar con su vida sin esperar gran cosa. Sonando el timbre todos los niños salieron emocionados — ¡Por fin vacaciones!— gritaron algunos. Anabel ya se había curado de su torcedura hace tiempo y muchas de sus amigas tenían pensado salir a visitarse y pasarla entre chicas, algunas planeaban emocionadas de lo que iban hacer y de lo que iban a ver y escuchar —¡vamos hacer una pijamada!— decía una —no chica mejor veamos unas películas de terror— decía otra —¡no!, porque no escuchamos música de One Direction— comentaron otras más, cada quien decía algo pero Anabel se quedaba callada entre todas, pensado y observando al chico del cabello blanco preguntándose —¿Qué cosa hará él en vacaciones, si no tiene amigos?— pensaba. Angélica la despierta de sus pensamientos diciendo —No has dicho nada Ana, ¿en qué piensas?—, ella se sonroja expresando —no nada chicas, solo las estaba escuchando— enseguida todas vuelven hablar en coro.

Ya saliendo del colegio cada quien se despide del grupo de amigas y solo queda Anabel con Angélica, ellas dos pasan por la cancha y observan a Jeth y algunos chicos jugando quiquimbol, a Anabel le encanta ese juego tanto así que tiene su propia pelota, incluso a veces se la lleva para poder jugar, jala a su amiga y le dice a los chicos —queremos jugar con ustedes— y Angélica dice — ¿Qué?—, Jeth tratando de impresionar responde,— chicas este juego es demasiado rudo para ustedes se pueden lastimar además nosotros jugamos muy fuerte y no queremos lastimarlas así que...— enseguida Anabel lo interrumpe exclamando — no importa nosotras también jugamos rudo—, Angélica la mira toda extrañada no deseando jugar—Además, yo tengo una pelota especial para ese juego— enseguida saca su balón y se los muestra, Jeth contesta —bueno pero aunque dividiéramos los equipos con ustedes estaríamos impares— Angélica se entusiasma por escuchar eso ya que no va a jugar pero Anabel insiste —tranquilo ya conseguiré a alguien— y observando a todos los lados sin encontrar a nadie, hasta que comienza a ver un cabello brillando por el sol al igual que su piel y era Armin caminando a su casa, Anabel corre a su encuentro y le pide que si puede jugar con ella, Armin todo confundido por la situación no sabe que decir y ella aprovechando ese rato de silencio lo jala hacia la cancha, todos los chicos observan a quien trae y comienzan a reír, Jeth comenta —Jejeje, quieres jugar con el niño gris— ella responde —¡pues claro! y le vamos a ganar—.

Jeth— ok como quieras, trataremos en no maltratarlo—

Anabel habla con Armin y le pregunta — ¿Has jugado alguna vez Quiquimbol?—

Armin contesta —No—

—Bueno tranquilo es como jugar beisbol pero pateando un balón como si fuera futbol ¿entiendes verdad?—

Armin niega con la cabeza diciendo —No—

—¿Nunca has jugado futbol o beisbol?— pregunta sorprendida Anabel

El solo niega con la cabeza

Las dos quedan terriblemente sorprendida y Angélica comenta —Genial de todos los chicos y te conseguiste al que nunca ha golpeado un balón en su vida— dice con sarcasmo

—Tranquila Angélica, es solo un juego y ya aprenderá yo le enseñare— la regaña

Anabel observa al chico y le instruye—Has todo lo que yo haga ¿entiendes?—

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