❛⿻۬˖̥ ͭ 𝟭

6.1K 384 37
                                    

Era una tarde tranquila donde dos niños se encontraban jugando antes de regresar a su hogar.

— Mika no me alcanzaras!

Gritaba entre risas un pequeño niño de ojos verdes.

— ¡Si lo haré, Yuu- chan!

Le respondió a su acompañante, también un pequeño de cabellera dorada y ojos azules.

El rubio se lanzó hacia el otro haciendo que los dos terminen en el suelo, pero eso no paro su diversión ya que ambos reían ante lo que paso y seguían jugando hasta que una de las mujeres encargadas de cuidarlos, los llamaran para regresar al orfanato. Ya casi el cielo estaba oscureciendo y ambos chicos ya se encontraban cansados y antes de irse decidieron darse un pequeño descanso bajo un árbol.

— Mika tengo sueño.

Dijo el menor antes de recostar su cabeza en el hombro de su mejor amigo.

— Yo también pero aun no te duermas Yuu-chan

Menciono el rubio e intento acariciar la cabellera ajena.

— ¿Por qué? Estoy muy cansado Mika - El cansancio se hizo más grande logrando hacer cerrar los ojos del pelinegro.

Porque si te duermes te tendré que esperar otra noche.

Otra noche...

No supo que más paso después de eso, al despertar lo primero que noto era como dos señoras lo separaban de su amigo entre lágrimas, no quería irse y abandonar a la única persona que lo conocía perfectamente y se había ganado todo su cariño.

— Mikaela...

Lloriqueo y nuevamente todo se volvió oscuro.


. . .
— ¿Mika?

Al abrir los ojos esta vez no se encontraba en un parque ni en su viejo orfanato, el joven solo maldijo ante la pesadilla que tuvo.


De nuevo.

Cuando fue adoptado sufrió mucho ya que lo separaron de sus seres queridos, entre ellos el joven de cabellos dorados. Semanas después por una conversación de sus padres adoptivos descubrió que el orfanato fue saqueado y quemado por unos viles piratas.

Al levantarse de la cama fue directo al baño que tenía su habitación, al observarse al espejo ya no se encontraba más un niño sino ya un joven de 20 años.

Una vez listo bajo las escaleras con pesadez, según el azabache era otro día cansado. Saludo de paso a la servidumbre hasta llegar a la sala principal donde noto a su padre adoptivo leyendo el periódico, el titular lo hizo enojarse.

"Piratas atacan de nuevo, las autoridades han afirmado un número grande de personas fallecidas entre ellas niños"

El señor Ichinose se había percatado de la presencia del menor, con tan solo ver la expresión que tenía el joven pudo notar la furia que sentía. Yuichiro no ha podido superar la muerte de sus amigos, aunque hayan pasado varios años.

— Al fin despiertas.

El mayor se hizo el desinteresado, sabía lo que le costaba hablar a su hijo de aquel tema.

— Siempre despierto a esta hora, no debe sorprenderte Guren.

— ¿Tanto te cuesta decirme padre? — Comento apenado ante la actitud del menor pero ya estaba acostumbrado.

— No empieces por favor, prefieres que te llame por tu nombre o use algún insulto.

— Desde muy joven has sido un malagradecido, si no tuviera tanta paciencia ya estarías tirado en algún callejón. Agradece que te adopte porque con ese carácter de mierda que tienes quien no se cansaría

— Jamás pedí ser adoptado, quería quedarme con mis amigos y lo peor que solo accedí a quedarme por tu estúpida promesa que por cierto nunca cumpliste.

— ¿Otra vez empezando con eso? Yo no soy un pirata para que descargues tu odio, yo no mate a tus amigos. Si recordaras esos malditos también me quitaron a alguien muy importante.

El menor solo suspiro, por más que peleara con su padre no le gustaba llegar a tocar esos temas, eran muy sensibles para el Ichinose mayor.

— Lo siento Guren tuve una pesadilla hoy y me levanté fastidiado.

— Ya no importa, mejor hablemos de otra cosa. Se rasco la barbilla el mayor — Tengo algo que comentarte, te iras de viaje.

— ¿Viaje? ¿A dónde? y ¿Por qué? — Aquella idea lo hizo cambiar de expresión, tendría libertad, conocería muchos lugares o eso se imaginaba.

— Te emocionas mucho por un viaje de trabajo — El mayor rio al escuchar la maldición que lanzo el contrario, ya se lo esperaba del mocoso. — te explicaré todo, quiero hacer crecer la empresa para que en un futuro sea toda una potencia para el país y quiero hacer tratos con unos inversionistas europeos, pero necesito conocerlos bien antes de entregarles mi dinero y ahí entras tú.

— ¿Cómo un espía?

— Algo así, ¿aceptas o no?

— Es interesante, acepto.

El mayor sonrió ante aquella respuesta, se levantó para luego acercarse al menor. - Mañana tomaras un barco que te llevara a Inglaterra, te daré el resto de la información esta noche.

— Bien, iré a preparar mis maletas. — Dicho eso el azabache salió corriendo hacia su habitación dejando solo al Ichinose. Este esperaba que también el viaje sirva para que el menor tomara nuevos aires.

Mientras tanto en otro lugar no muy lejano.

Capitán, ya tenemos información para la próxima misión. — gritaba a lo lejos un joven de cabellos púrpuras recogidos en una coleta.

Muy bien Lacus, ¿Cuál es la misión? -— pregunto el capitán mientras leía uno que otro expediente.

— Llevarnos al hijo de un empresario rico en el país, se llama Ichinose Guren.

De acuerdo, ¿Cómo se llama el niño?

- Según dice aquí, Yuichiro Ichinose es adoptado.

— Entendido

— Si mi capitán, porque tiene todo apagado. — Pregunto su discípulo ante la oscuridad de la habitación, se acercó al interruptor y lo encendió. — Mucho mejor, ¿Capitán?

El joven noto como su mayor estaba con una expresión totalmente sorprendida, algo que juraría nunca haber visto antes.

— ¿Me ha escuchado? — pregunto el joven cruzándose de brazos.

— Si lo hice, puedes retirarte Lacus.

— Bueno, señor extraño. - se burló antes de dejar el despacho vacío.

— Yuu-chan... Susurro aquel sujeto, aun no procesaba totalmente la información recibida.

Secuestrar al muchacho que era su familia no sería nada sencillo

❛⿻۬˖̥ ͭ 𝗔𝗚𝗨𝗔 𝗗𝗨𝗟𝗖𝗘 ↳ 𝖬𝖨𝖪𝖠𝖸𝖴𝖴Where stories live. Discover now