Casi Mueren...

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Al parecer, el aliento fue arrancado de Nico y Percy, porque por un largo momento no fueron capaces de respirar. Ambos semidioses estaban tomados de la mano en medio de la cabaña de Hades, con cuatro Dioses enfrente de ellos. La única feliz, era Afrodita.

- Si, si, si – dijo la Diosa con entusiasmo – me encantan, su amor es mi historia favorita ahora...

- Cállate ¿Quieres? – Hades estaba muy enfadado – podemos fulminar ya a Perseo Jackson ¿Zeus?

- ¡Ey! Nadie va a fulminar a mi hijo, tu engendro es el incitador, lo mataré – dijo acercándose a Nico, Percy instintivamente se puso delante de él para que Poseidón no lo alcanzase.

- Padre... por favor – dijo Percy.

- Poseidón... – dijo Zeus – ya basta.

- Pero... hermano...

- Dije basta – luego se dirigió a los semidioses – me pueden explicar ¡¿Qué significa esto?!

- ¿No lo ves? Están enamorados – dijo Afrodita, a la que le brillaban los ojos.

- Hijo... – comenzó Hades – Nico... tú...

- Mira, padre – avanzó Nico – estoy enamorado de Percy, lo amo ¿sí?

- Pero eso no es posible...

- Sí, lo es. Me gusta desde que lo conocí, no puedo permitir que le hagas daño – a Percy se le hinchó el corazón, quería besarlo, pero si realmente quería seguir respirando, era mejor que no lo hiciera.

- ¿Lo han oído? – dijo el Dios del Mar acusadoramente – Zeus, él confesó, debemos fulminarlo, estrangularlo y...

- ¡No padre! – Percy se armó de valor, no dañarían a Nico – no tocarás a Nico.

- Pero Percy...

- Padre, Poseidón a mí me gusta Nico, le amo, si quieres dañarlo tendrás que matarme primero – Percy puso cara desafiante, tal vez no era la mejor idea, pero el Dios del Mar se limitó a mirar desconcertado.

- A ver si entendí, ustedes dos – empezó a decir Zeus apuntando a los mestizos – ¿Se aman?

- Si – dijo Percy.

- Si – dijo Nico tomando la mano del otro.

- ¡SI! – dijo Afrodita con un pequeño saltito.

- Percy... ¿esto es lo que realmente quieres?

- Si padre, yo amo a Nico.

- Bien, tienes mi aprobación, y tú... – dijo dirigiéndose a Nico – si lo lastimas te fulminaré...

- ¿Hades? – dijo Zeus.

- Aún creo que deberíamos matar al chico.

- ¡Padre! – dijo Nico – si le haces daño, me estarías lastimando a mí.

- Nico, hijo ¿Cómo puedes quererlo? Míralo.

- ¡Ey! – dijo el aludido.

- ¿De verdad lo quieres?

- Con mi vida... por favor padre ¿A caso los tus hijos no pueden ser felices?

- Hoy desmentiremos eso – dijo Hades sonriendo – te apoyo, si quieres a esta... cosa, bien, puedes estar con él.

- Asunto zanjado – dijo Zeus – nos vamos. Yo ni quería venir. Percy, Nico... recuerden que ustedes son hijos de los tres grandes, por lo que si están juntos los monstruos los perseguirán aún más. Adiós – Zeus desapareció.

- Adiós Percy – Poseidón se fue.

- Percy... - comenzó Hades – si le pasa algo a Nico – te lanzaré a Cerbero.

En un momento solo quedaron los semidioses y Afrodita.

- Chicas, tienen mi bendición, son muy tiernos, los protegeré, adiós...

Percy y Nico e abrazaron y se acostaron en la cama.

- Te amo – dijo Percy besándolo.

- Y yo a ti – dijo Nico sonrojándose.

Ambos se durmieron, les esperaba un largo día cuando el sol saliera, pero por el momento no se preocuparían por eso, porque la primera prueba había sido superada.

La Sombra a la LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora