Jehová mira tu corazón

Limpiate más

El que este limpió, límpiese más dice la Escritura.
A mi jamás me va a dejar de sorprender la sabiduría tan increíble de Dios, pues para todos algo que esta limpio ¿Para que necesita ser "limpiado" si ya está limpio? Pero en Dios las cosas son distintas, por más razón estando en Cristo tenemos que limpiarnos todos los días, cuando vamos caminando en santidad los ataques se vuelven muy constantes y debemos de estar realmente limpios de todas nuestras áreas (mente, alma, espíritu) y llevar siempre vestiduras blancas, la venida del Señor está a las puertas y no podemos estar en un estado sucio para el día que nuestros ojos puedan contemplar su Gloria y Grandeza.

No hay pecados chiquitos ni pecados grandes; El pecado es pecado, el pecado a todos nos alcanza y debemos de limpiarnos detenidamente, examinarnos y ver porque volvemos a caer en el mismo pecado una y otra vez.

Que gracia tan linda la que tenemos de participar de la mesa del Señor, pues ahí nos examinamos más y pedimos su perdón y misericordia, anhelamos estar dignos de sentarnos a su mesa y comer su cuerpo y beber su sangre.

No caigamos en el error de pensar que estamos bien, que no necesitamos hacer sacrificios por alcanzar la estatura del varón perfecto, de que no necesitamos tanto de Dios.
Recuerda hermano; La puerta ancha es fácil, muchos entran por ella, El camino ancho es fácil. Muchos, la mayoría lo escoge. Pero recuerda las palabras del Señor. Su fin es camino de muerte, Pr. 14:12.
Los caminos del Señor siempre van a valer la pena, por más difíciles que sean los tiempos aún habemos jóvenes que le amamos y lo único que buscamos es ser agradables para El.

Limpia tu corazón todos los días, ahí en tu cuarto dobla tus rodillas y ten un momento a solas con Jesús, si tienes alguna área de tu vida un poco débil, pídele que te ayude a alcanzar su perspectiva que tiene de ti, todo es un proceso y desde que aceptamos a Cristo como nuestro Salvador y único Dios la obra se irá perfeccionando todos los días (Filipenses 1:6).
Todo corazón humilde y sincero Dios lo ve y lo trata con mucho amor.
No permitas que Dios encuentre tus vestiduras sucias.