CAPÍTULO 8

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No tengo ni la más remota idea de la exactitud de la casa de Nicole, así que le aviso de mi pronta llegada, para que este pendiente.

Me he tranquilizado un poco, tengo muchas emociones encontradas, pero he decidido que lo que tenga que suceder, simplemente sucederá y ya.

A lo lejos veo una chica con capul sentada en una mesa en frente de una casa ¡Es ella! ¿A quien engaño? No estoy nada tranquila, estoy aterrorizada.

Pido al conductor que se detenga, le doy su dinero y me bajo del taxi con mucha seguridad. Le dedico una sonrisa a Nicole mientras me dirijo a su casa, ella responde a esta.

-Hola señorita, estas muy hermosa el día de hoy- Me dice, posando un dulce beso en mi mejilla- Sigue, eres bienvenida.

Siento unos nervios que pueden conmigo, tengo miedo, pero es un miedo gratificante, es un miedo que disfruto sentir.

Al entrar noto la presencia de una hermosa viejecita en la sala de la casa, que me mira con dulzura.
- ¿tu eres Sofia?- Me pregunta.

¿Como es que ella sabe de mi? Pienso en mi interior y dirijo mi mirada a Nicole, con una sonrisa de pendeja.

-¡Abuela, calla!- responde Nicole, con sus mejillas ruborizadas.

-Si, si señora soy Sofía, es un gusto.- Respondo a su pregunta con una sonrisa dulce, apretando su hermosa y delicada mano.

Nicole me mira con ternura y me invita a pasar al cuarto de ella.

-Bienvenida a mi humilde habitación- dice con tono risueño, mientras se sienta sobre su cama y me invita a sentarme.

Esta vestida hermosa, noto que a maquillado un poco sus ojos, se organizó su cabello, enrojecio sus labios y aplicó en su cuerpo una dulce loción. Al parecer, no fui la única que se preocupó por verse linda él día de hoy.

Hemos estado jugando y riendo toda la tarde, en verdad me siento muy feliz. Le he quitado su celular y a tratado de cogerlo haciendome un poco de cosquillas, pero se ha rendido.

-WhatsApp, Facebook, Twitter, haber, haber, que miro primero- Digo muy divertida.

Ella ríe y se acerca a mi con lentitud, su mano roza mi mejilla suavemente mientras va girando mi cara hacia ella, esta mirandome fijamente a la boca sin bajar su sonrisa. Me siento nerviosa, quiero besarla, ya, de inmediato, pero tengo miedo y mi cuerpo no reacciona, sólo se está dejando llevar.

Su boca trata de besar la mía y lo esquivo de inmediato.

-Tengo miedo, no se besar una mujer.- Digo llena de nervios.

Toma mi mano y la entrelaza con la de ella, la besa, se acerca más a mi. -¡sólo dejate llevar!- dice brindandome seguridad.

Es lo que deseo, es mi momento de seguir lo que siento.

Su respiración cada vez está más cerca a la mía. Siento un leve rose de sus labios en los míos y le doy un apretón a su mano, ella no duda y sigue acercándose más. Hasta lograr unir sus labios con los míos.

DE HOMOFOBICA A HOMOSEXUALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora