#8 Capitulo

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Se encontraba caminando al rededor de la preparatoria, sin nada más que hacer, cuando escuchó unos sollozos provenientes de la cafetería. Se acercó sigilosamente a ver de qué se trataba y cuando la vio, se quedó helado.

-¿Giselle?- la nombrada dio un brinco del susto y se apresuró a tratar de quitar sus lágrimas con su suéter.
-Andrew...
-¿Que pasó, que tienes?
-N-no es na-da- dijo la chica con la voz cortada por los sollozos, queriendo esconder su cara de los expectantes ojos azules de Andrew que la miraban, esperando por una respuesta.

Andrew acarició su cabello suavemente y tomó su rostro para mirarla a los ojos.

-No se quien fue el hijo de puta que te hizo llorar así, y mejor que no me lo digas porque lo mato a golpes. Pero sí quiero que sepas que mientras estés conmigo, yo no voy a hacerte llorar.

Giselle lo miró, las lágrimas habían dejado de caer ya, y estaba de verdad agradecida por las palabras de Andrew.

-Andrew... en verdad gracias. Tal vez... tal vez lo único que necesitaba era alguien que me dijera lo que acabas de decir.- sonrió débilmente y se levantó de su lugar en el suelo para abrazarlo. Abrazo que él correspondió de inmediato.

-Giselle... sé que nos conocemos poco pero... por favor déjame ser esa persona que saque de tu mente y tu corazón a ese idiota que te ha hecho tanto daño.
-Andrew yo... no se que decir. En serio me gustaría que tú lo fueras, pero entiendeme. Sólo... necesito tiempo, sólo eso.

La castaña creyó que, al decir esto, Andrew se molestaría y se iría, pero fue todo lo contrario. Le dedicó una pequeña sonrisa y susurró en su oído:
-Tranquila, yo sé. Sólo quiero que me dejes hacer una última cosa.- y antes de que ella le respondiera, colocó una de sus manos en su mejilla y la besó delicadamente. Giselle tardó un poco, pero al final correspondió el beso.

-Nos vemos luego, linda.- dijo él y se fue, dejándola con una enorme confusión.

Y ahí, un poco más alejado de donde ella se encontraba, estaba Jack, quien se había estado observando toda la escena. Desde que Giselle estuvo llorando, y sabía que lloraba por él, y cuando estuvo a punto de ceder a los deseos de correr a abrazarla y pedirle perdón, llegó ese estúpido niño bonito de ojos azules, que admitió le daba envidia que Giselle lo dejara abrazarla.

Y no sabe porqué, pero al verlo besarla le entraron unas ganas inmensas de romperle la cara de un puñetazo. Creyó que Giselle lo alejaría pero sus ganas de golpearlo incrementaron al ver que ella le correspondía el beso y sonreía.

"Entonces no me quieres tanto como dices" pensó. Pero se equivocaba. Lo que Jack desconocía era eso precisamente, lo enamorada que estaba Giselle de él.

Y entonces, sacándolo de sus pensamientos, pasó Giselle a su lado y la tomó del brazo en un movimiento rápido.

-Oye, oye...
-Suéltame. Te dije que te alejaras de mi.- ella ni siquiera lo miraba.
-Tenemos que hablar.
-No hay nada de que hablar- intentó zafarse pero Jack hizo fuerza en el agarre en su brazo.
-¿Porqué dejaste que ese imbécil te besara?
-¿¡Y a ti que más te da?!
-No puedes andar por ahí besando gente, Giselle.
-¿Porque no? Yo puedo besar a quien se me de la gana.
-¿Ah si?
-Si...
-Bueno, entonces creo que no me querías tanto como decías.

Inmediatamente se arrepintió de haber dicho aquellas palabras en cuanto vio cómo la expresión de Giselle cambió drásticamente a una dolida.

-Giselle...
-¿Cómo te atreves a decir algo así? Tú no tienes la más mínima idea de lo que yo siento. Es más... ¿porqué te pones así? Si se supone que yo para ti no valgo... y no me vengas con el rollo de los amigos.

Se quedó callado, porque ni él sabía porque actuaba de esa manera. Es cierto, pero no podía evitarlo.
Miró a la chica, quien de sus ojos ya se asomaban algunas lágrimas de nuevo.

-Ya tuve suficiente de ti, Jack. Es la última vez que lo digo así que escuchame bien: no quiero que te acerques más a mi. No quiero que me sigas lastimando.

Esas palabras le habían dolido más a ella decirlas que a Jack. Giselle se fue, llorando a mares de nuevo.
Cuando llegó a su casa subió a su habitación ignorando los molestos comentarios de su madre y se encerró ahí, llorando, escuchando sus canciones favoritas mientras recordaba todos los momentos lindos que había pasado con Jack, sabiendo que no habría más de ellos de ahora en adelante...

Destructive loveWhere stories live. Discover now