#5 Capitulo

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Y el día llegó.

Era su cumpleaños, y no había vuelto a hablar con Jack.

Tenía la duda a flor de piel ¿Irá a verme? ¿Se acordará?

Giselle estaba convencida de que no se acordaría ni de ella, aunque Karla decía lo contrario. Ella decía que por supuesto que iría. "Ya veremos" había dicho Giselle.

Y vaya que lo vería...

Porque ahí, justo donde estaba sentada podía verse perfectamente cómo un chico delgado, vestido de negro y con una playera de Guns n' Rosses bajaba los escalones que dirigía a su edificio.

Al verlo, su rostro pasó por todos los colores para detenerse en un casi pálido. Comenzó a temblar y a sudar frío, los nervios se le hacían nudo en la garganta.

-¡KARLA KARLA KARLA KARLAAAAA!- Gritó en voz baja, la rubia, al ver quién había llegado simplemente estalló en carcajadas al ver la cara de su amiga y trató de tranquilizarla.
-¡Ya calmate! No le dejes ver que te importa
-¡Pero me importa!
-¡Pero no se lo demuestres!

Entonces la profesora de matemáticas entró. "Genial" pensó Giselle, y corriendo, se perdió entre la multitud de adolescentes en la entrada del salón.

***

No pudo concentrarse en la clase para nada. Sabía que Jack estaba ahí afuera y sabía que tal vez había ido a verla a ella.

Y efectivamente, ahí afuera de su salón estaba Jack Demons, esperándola. Y en cuanto la vio salir, la abrazó, susurrándole un "feliz cumpleaños" en el oído que la hizo estremecer.


Día más maravilloso no pudo haber tenido.

Pasaron el día hablando y riendo de trivialidades y tonterías, como antes, pensó Giselle.

Le hacía sentir sumamente especial el saber que Jack había recordado su cumpleaños, y más aún, que había ido a verla, haciendo de ese día, perfecto.

Pero, como era de esperarse, el bonito momento tenía que ser arruinado....

-¿Y ya tienes novio?- preguntó él, sin saber que esa simple pregunta le movió el mundo a ella por dentro.
-Pues... no- contestó Giselle sin mirarlo a los ojos.
-¿Porqué no? Deberías conseguirte uno, yo sé que puedes.

"Él quiere que me olvide de lo que siento hacia él"

-Ehmm no, creo que no. Así estoy mejor- contestó con algunas lágrimas en los ojos.

"Cambia de tema, vamos, cambia de tema"

-¿Y cómo te gustan los chicos?- "mierda"
-...yo... creo que... no lo se.
-Vamos dime, tal vez puedo ayudarte. -"vete a la mierda, Jack"
-Ya te lo dije, no se, me da igual.
-¡Cómo no vas a saber, por dios! ¡Te me declaraste hace unos meses, debes saber!

Él lo dijo riendo, pero a ella no le causó gracia alguna.
Se levantó, frustrada, dispuesta a alejarse de ahí sin decir una palabra... cuando él la detuvo.

-¿Ya te vas?
-Sí, tengo que ir a buscar a Karla.
-Bien, te acompaño.

Giselle maldijo en su mente, pero aún así, asintió.

-¿Te molestaste por la pregunta de hace un momento?- maldito cínico.
-No.
-¿Segura?- ¡Deja de fingir que te importo!
-Sí.
-¿Te digo algo?- Giselle no contestó, simplemente esperó a que él siguiera hablando- Me dio gusto volver a verte, Giselle, lo necesitaba.

Y esas simples palabras fueron suficientes para volver a crear el remolino de emociones de nuevo.
¿Cómo es que una simple frase, que había dicho sin siquiera mirarla a los ojos, podía hacerla sentir así?

"Maldito seas, Jack. ¿Porqué te comportas así? Si no te importo deja de hacerme creer que sí. Me lastimas. Me confundes. Me hieres con cada palabra que dices, con cada roce de tus manos sobre las mías, me quema, como si no fueran suficientes las heridas que ya me causas con sólo mirarme a los ojos.
Y es que, puede sonar muy cliché, pero lo que más me lastima, es no poder olvidarte, es seguirte queriendo como si nunca me hubieras roto.
Porque lo hiciste, rompiste mi corazón, pero los pedazos siguen siendo tuyos."

Destructive loveWhere stories live. Discover now