#3 Capitulo

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Giselle había leído una frase, en un libro, que le gustó bastante:

"No la ilusiones con tus palabras si la vas a desilusionar con tus acciones"

Pero en este caso no aplicaba así. En este caso, Jack la ilusionaba con ambas, acciones y palabras. Y la desilusionaba con las mismas. Como un juego... como si él estuviera fingiendo sus sentimientos para jugar con los de ella. Y si era así, estaba funcionando.

Porque ahora, Giselle se sentía maravillada. Como era el último día que Jack estaría por la preparatoria, cuando se encontraron en el pasillo, él la abrazó fuertemente y la obligó a retroceder en sus pasos, caminaron afuera de la institución, abrazados. Los brazos de él sobre la cintura de ella, y los de ella envueltos en su cuello. Y mierda... se sentía tan bien...
Tal vez no actuaran como si se gustaran, o como si fueran los mejores amigos. Tal vez había silencio aveces, pero de una cosa estaba segura: con Jack había pasado los mejores momentos que jamás imaginó que le pasarían a ella.

Karla le había dicho que tenía que decirle lo que sentía antes de que se fuera, o sino sería demasiado tarde.
-¿Pero y si yo no le gusto?- había dicho Giselle.
-Le gustas. Además nada pierdes con intentar. Juégatela, la vida esta hecha de retos- le contestó Karla, con el tono más seguro que pudo, para alentarla. Aunque ella misma sabía que quizás Jack no sintiera igual- Nada se pierde con intentar.

-Te equivocas- murmuró Giselle, tan bajo que apenas pudo escucharse ella- yo lo estoy arriesgando todo... y voy a perderlo todo.

Pero a pesar de las inseguridades, y de que el sólo hecho de pensarlo le provocaba ganas de desmayarse, lo había decidido: esa tarde le diría a Jack el "me gustas" que siempre le escribe en facebook, pero que nunca se ha atrevido a mandar. Pero lo haría de frente, viendo sus bonitos ojos cafés al momento de que ella pronunciara esas palabras.
Sí, definitivamente lo haría. Sin excepciones.

-No no no no no, no puedo hacerlo.
-Sí, sí puedes. Y si no le hablas tú, le hablaré yo.
-Bien, pues hazlo. Porque yo no me pienso mover.

Llevaban 15 minutos mas o menos discutiendo por lo mismo. Y es que Giselle en verdad quería hacerlo, pero lo miraba y su corazón se hacía pequeño, y sus piernas temblaban, y sus manos sudaban. Es que... no quiero perderlo. No a él. Pensó.

-¿Si yo le hablo, tu se lo dices?- Karla habló, decidida. Si Giselle no lo hacía pronto, en verdad terminaría diciéndoselo ella.
-Sí.
-Ok- la rubia caminó hacia el pequeño círculo de adolescentes que jugaban Yu Gi Oh, pero antes de poder hacer algo, sintió un jaloneo por detrás.
-¡Karla, no! ¡Estás loca o que te pasa!
-¡Tu me dijiste!
-Esta bien, ya, ahora sí ve.

Y volvió a caminar. Esta vez se sorprendió al ver que Giselle no la detuvo.
-Hola Karla- el primero en saludarla fue Ethan. Ese chico en serio la miraba con ojos de borrego enamorado. Lástima que ella no pudiera verlo.
-Hola Ethan... Ehm, Jack... Giselle dice, bueno ella... tiene algo que decirte.- en ese momento la chica en verdad se sentía cupido.
-Ok, vamos.- dijo él muy despreocupadamente.

-Bueno yo... los dejo solos- dijo la rubia al llegar a donde Giselle esperaba. Se fue susurrándole un "suerte" a su amiga y salió corriendo. El corazón de Giselle latía tan fuerte que pareciera que quisiese salirse de su sitio.

-Y... ¿Tenías algo que decirme?- dijo él. La curiosidad lo estaba matando.
-Sí... bueno, no. Pero de todas maneras lo diré ¿Ok?- él la miraba expectante. Ella tenía la cabeza gacha. Toda esa mierda de "mirarlo a los ojos y ver su expresión" podía irse al carajo. Ahora sólo le importaba no decir alguna estupidez.
-Estas nerviosa... tranquila.- quiso tomar su mano, pero ella la apartó. No quería que se hiciera todo más difícil.
-Jack, la cosa es que tu...- Vamos, dilo. No tendrás una oportunidad como esta de nuevo. ¡Vamos Giselle, díselo!- Tú me gustas.

Ahí estaba, lo dijo. OH SANTA VIRGEN, lo dijo. Ni ella se lo podía creer. Las palabras simplemente se quedaron flotando en el aire. Nadie dijo nada.
Ella no quería ni mirarlo a la cara. Él no podía, no sabía como reaccionar.

Después de un silencio bastante incómodo, Jack por fin habló.
-¿Quieres que te sea sincero?- ella asintió levemente. Oh cielos, no. Esa frase nunca trae nada bueno.
-Yo... no siento lo mismo, Giselle. Lo siento mucho.

¿Escucharon un "crack"? Fue el corazón de una chica, rompiéndose.

-Está bien....- susurró ella, con la voz rota.
-¡No digas que está bien! ¡Pégame, grítame, empújame, insultame! Pero no digas que está bien- el rió nerviosamente.

-Tengo que irme- dijo ella sin siquiera verlo de nuevo, sabía que si se quedaba ahí, lloraría. Se levantó, pero antes de irse escuchó 5 palabras que, sin poder evitarlo, le hicieron derramar las lágrimas.

-¿Pero podemos seguir siendo amigos?

Asintió débilmente y echó a correr. Para su suerte, encontró a Karla por el camino.
-¿Qué pasó, que te dijo?
-"yo no siento lo mismo"- susurró ella por lo bajo. Con las mismas palabras que Jack había usado para romperle el corazón.
Ambas se quedaron en shock. Karla sintiéndose culpable por haberla obligado en cierto modo a decírselo.

Esa tarde, Giselle se quedó afuera todo el día, con la simple compañía de su perro y la lluvia. Y sólo ahí, cuando estuvo completamente sola, pudo llorar, y dejar que sus lágrimas se mezclaran con las gotas de lluvia. Secó sus lágrimas con enojo y se prometió que no lo volvería a hacer, no volvería a llorar por Jack.

Sin embargo lo seguía queriendo, y eso era lo que más dolía.

Destructive loveTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon