Capítulo 2: Fotos de un bonito pasado.
—En dos días saldremos a hacer las pruebas —me anuncia Daryl mientras hace cierto movimiento con las manos al hablar—, mientras tanto irán acomodando los carros, paredes y demás. —alza su mirada.
—¿Y puedo participar aunque sea en las pruebas?
—No.
—¿Por qué? Tengo derecho a participar...
—Vamos Squirr, no quiero exponerte, esto es algo más grande, no solo se trata de algunos caminantes, habrá más de los que estamos acostumbrados a ver.
—Por eso mismo, debería de estar preparada, ¿no es así? —el arquero vira los ojos.
—No se siquiera por que te esfuerzas, no vas a lograr cambiar mi decisión. —bufo y me desparramo en el sillón.
—Bien, ¿qué tal si hablamos sobre tu vida amorosa? Beth... —se para del sillón caminando hacia la entrada, lo sigo interrogante con la mirada mientras me quedo con la palabra en la boca.
¿Planeaba dejarme aquí?
—Ven —exclama una vez que lo he perdido de vista, me paro del sillón y camino a paso veloz detrás suyo—, hagamos algo que te sirva para más adelante.
Y seguido de la salida de la casa e ir a la armería, salimos de Alexandria con un carro.
( ... )
—Creo que eso es todo, ahora, intenta manejarlo sin matarme. —abre la puerta del carro para salir y yo cambio de asiento. Me acomodo mientras coloco las manos en el volante y espero a que entre. Cierro los ojos y escucho la puerta cerrarse.
—¿Ya? —interrogo con los ojos aún cerrados.
Estaba segura de que iba a chocar esto.
—Sí. —presiono levemente el acelerador pero el carro no se mueve. Abro los ojos y presiono el acelerador varias veces.
—Genial, se atascó. —Daryl se ríe a mi lado y se inclina hacia mi asiento, girando la llave y haciendo que el motor ruja.
—O quizá, y simplemente no giraste la llave. —se encoge de hombros y vuelve a reír.
—Gracioso. —viro los ojos y muevo la palanca para pisar nuevamente el acelerador.
—Siempre. —lo veo acomodarse en su asiento y mirar por la ventana. Vuelvo mi vista a la carretera y así me mantengo ya que sentía que en cualquier momento iba a salir volando.
—Entonces... ahora que se manejar, ¿ya puedo participar? —interrogo después de varios minutos. Miro de reojo a Daryl sonreír y negar con la cabeza.
—Solo por casualidad, ¿hablamos el mismo idioma?
—Daryl...
—Persistente igual que tu madre. Está bien, participarás —sonrío—... Pero solo como ayuda. —frunzo el ceño.
—¿Qué?
—Ayudarás. Mañana pondremos paredes, carros, globos... todas esas cosas que vamos a necesitar, ahora que sabes manejar, podrás ayudarnos. —lanzo una mirada fulminante y vuelvo mi vista a la carretera, luego suspiro.
—Está bien, al menos es un avance. —de reojo veo la sonrisa de Daryl, quien apoya su codo en la ventana y recuesta la parte derecha de su mejilla en su puño para mirar el paisaje.
Silencio.
Pero no uno incómodo, en definitiva no era uno incómodo.
Estuvimos así por un largo rato, hasta que pidió que parara el carro.
