La Maldición de la Novia Sacrificada; Diabolik Lovers

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💕Narra Miaka💕

Era Naho Kagami.

Bajé hasta los jardines como un rayo, había dos opciones... Estoy perdiendo la cordura o algo muy extraño esta pasando.

Me acerqué a la fuente algo temblorosa, algo muy escalofriante es que la vi morir y ahora esta aquí frente a mi como si nada hubiera pasado.

Pronto ella abrió los ojos dejando ver dos orbes rojas que parecían rubíes.
Ella me miro fijamente y con algo de dificultad hablo.

—¿M-Melody?—Preguntó ella en un susurro. La castaña empezó a respirar agitadamente por lo que decidí ayudarla por mas miedo que tuviera.

Con mis manos temblorosas la saqué del agua y la acosté en el suelo, algo raro era que su ropa ni su cabello estaban mojados.

—¿Naho-san?—Pregunté algo preocupada, tomé su pulso pero no encontré rastro alguno de el.

Su piel estaba fría pero no pálida, su pecho ascendía y descendía lo cual indicaba que estaba respirando a pesar de... Estar muerta.

—Ayu...da...—Dijo Naho abriendo un poco sus ojos, al parecer le era bastante trabajoso.

¿Qué puedo hacer? Ella no debe de pesar mas de 40 kilos... Creo que puedo llevarla hasta mi habitación, es peligroso pero lo intentaré.

Hay veces que hay que ser valientes por los demás y por uno mismo.

Puse a Naho-san sobre mi espalda y con dificultad entre a la Mansión y subí las escaleras, mi corazón estaba latiendo con fuerza pues temía que alguno de los chicos me viera.

Afortunadamente llegué a mi habitación a salvo, llevé a Naho-san hasta la cama y la recoste y puse las mantas sobre ella.

Es algo raro tener a alguien que viste morir frente a ti. Luciendo como si nada hubiera pasado.

Poco a poco fui quedando dormida, tuve que dormir en el suelo ya que Naho-san estaba en mi cama...

Durante la madrugada oí jadeos, me desperté y al parecer Naho-san tenía una pesadilla así que decidí despertarla.

—¡Naho-san! ¡Naho-san! Tranquila—La castaña abrió los ojos algo asustada y tocándose el cuello con temor.

—Soñé que un vampiro tomaba toda mi sangre hasta la muerte—Dijo Naho al borde del llanto, creo que ya debió de haber relacionado su sueño con la realidad.—Creo que mi pesadilla me siguió hasta la realidad.