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💕Narra Miaka💕

¡Chi-chi-na-shi!—Ayato estaba sentado frente a mi y no dejaba de molestarme.

El incidente de antes me había dejado algo traumatizada por lo que Reiji-san me dio unos días libres de escuela.

Cada día un chico diferente se quedaba a cuidarme, creo que aún no confían en mi.

Hoy, desafortunadamente le tocó a Ayato vigilarme y éste no deja de quejarse.

¡Quiero takoyaki!—Exclamó el pelirosado cruzándose de brazos.

Ayato-sama, tenga—Shura llegó con dos platos. Uno tenía una ración de takoyaki y la otra tenía un pequeño pastel de chocolate.

Takoyaki—Dijo éste con brillos en los ojos.

Ten Miaka-san. El chocolate es bueno para levantar el ánimo—Dijo Shura con una sonrisa. Yo le devolví la sonrisa débilmente y comencé a comerlo.

Estábamos comiendo en el comedor (Conocimiento universal) cuando de repente tanto Ayato como yo oímos un ruido extraño.

¿Qué fue eso?—Preguntó el pelirosado poniéndose de pie. El miró a su alrededor y lucía algo preocupado.—Miaka-san, acercate.

Yo fui lentamente hacia él algo confundida y entonces el candelabro que colgaba del techo cayó sobre la mesa causando un gran estruendo.

En la mesa, sobre el plato había un cuchillo que salió volando por el peso del candelabro, ese cuchillo rozo mi mejilla y se clavó en la pared.

¡¡Chichinashi!!—Sentí como mi corazón se detenía. Cuando estuve segura de que nada más pasaría logre soltar un suspiro de alivio.

¡¡Ayato-sama!! ¡¡Miaka-san!!—Shura volvió al comedor y junto a ella estaban 2 mayordomos.—¡Oh, dios!

Ayato la fulminó con la mirada por sus palabras y luego fijó su mirada en el cuchillo que estaba clavado en la pared.

Oe, llama a Reiji—Indicó el pelirosado hablándole a Shura, esta asintió y salió corriendo.

Limpiaremos esto enseguida, Ayato-sama—Dijo uno de los mayordomos aproximándose a la escena.

No. No toquen nada, dejenlo como está—Ordenó el pelirosado seriamente.—Miaka, ve a tu habitación.

Yo asenti con la cabeza y fui escaleras arriba, ese incidente me había dejado aún mas asustada ¿qué esta pasando?

Pronto algo dentro de mi comenzó a doler, me tuve que apoyar de la pared y empecé a respirar agitadamente.

Todo se comenzó a poner borroso y terminé cayendo al suelo, empecé a sudar y pronto mis ojos se cerraron.

Abrí mis ojos y me encontré con un lugar en blanco y negro.

Miré a mi alrededor y todo estaba en blanco y negro. Entonces me miré a mi misma y me asuste.

La Maldición de la Novia Sacrificada; Diabolik LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora