Capitulo 22...

3.6K 272 12
                                    

El arrepentimiento llegó, se que no era buena idea haberme acostado con Edward. Todo era un caos en mi cabeza, no sé qué hacer.

Después de que él se marchará haciéndome prometerle que volveríamos a repetirlo, miles de dudas me asaltaron, ya no creía que acostarme con Edward haya sido una buena idea. Lo disfruté, claro que lo disfruté, pero ahora no puedo sacar de mi cabeza que todo esto fue un error, un terrible error.

Por la mañana como de costumbre bajo lista para empezar mi día de trabajo, por supuesto Edward se encuentra con su impecable traje en la cocina esperándome. Verle así hace que mi cuerpo se estremezca y arda en deseo. Está feliz, su gigantesca y hermosa sonrisa así me lo demuestran.

Me obligo apartar la mirada de él, no puedo permitirme caer en la tentación nuevamente, hoy mismo le hablaré, le explicaré que lo sucedido anoche no puede volver a repetirse.

Bertha insiste en que coma algo antes de irme, me niego, ahora mismo lo que menos necesito es comida. Me despido y camino hasta la marquesina con Edward pisándome los talones.

Llegamos al auto sin dirigirnos una sola palabra, se que está observándome, puedo sentir su mirada enviando descargas eléctricas por todo mi cuerpo.

Abre la puerta del auto haciéndome entrar, tomo asiento en la parte trasera como siempre lo he hecho, y cuando creo que va arrancar, abre la puerta por el lado donde me encuentro y estampa sus labios contra los míos, me quedo rígida ante la sorpresa, sin embargo, cuando su lengua busca abrirse paso dentro de mi boca, le respondo al beso por inercia.

—Ahora si podemos irnos—Dice despegando sus labios de los míos. Su frente choca con la mía, su respiración es agitada, puedo sentir su aliento acariciando mis labios. Deposita otro beso corto en ellos para luego volverse al asiento del piloto emprendiendo así el viaje hasta la oficina.

Ese beso ha terminado de confirmarme que por mucho que deseé apartarlo de mí, no podría hacerlo, ardo en deseo cada vez que me toca.

Lo que siento por Edward no es más que atracción sexual, deseo carnal, pasión, nada más. A él solo le interesa mi cuerpo, lo sé por su forma de mirarme, sus ojos se vuelven más oscuros cada vez que lo descubro mirándome. Estoy planteándome tener algún tipo de relación, llegar a un acuerdo que especifique que solo será hasta que ambos logremos estar saciado el uno del otro.

Es lo mejor que podría pasar, si quiero que Edward sea mi amante, Tendré que asegurarme de que no haya ningún tipo de sentimientos, nada de ataduras, ni de compromisos... —estoy sonando como mi amiga Clara— pero es la verdad, con Edward la única relación que podríamos tener, estaría basada exclusivamente en sexo.

Al medio día salgo a almorzar con Clara, no la vi en toda la mañana, sé que ha estado trabajando fuera de la empresa en el contrato que estamos a punto de firmar con el señor Paterson. El solo hecho de mencionar su nombre me da escalofríos, pero sé que ese contrato es una buena oportunidad para nuestra empresa, no podemos darnos el lujo de perderlo. No importaba cuán aterradora me parezca la idea.

—¿Cómo te fue con lo del contrato?—Pregunto mientras introduzco un poco de pollo en mi boca. Estoy famélica, el no haber desayunado me esta pasando factura.

—Todo está saliendo muy bien, solo faltan algunos detalles y dentro de dos semanas aproximadamente estaríamos firmando.—Agrega.

El señor Paterson posee una cadena de supermercados, y nosotras administramos una cadena de restaurantes, la idea del contrato es una pequeña campaña publicitaria que nos beneficie a ambos, nuestros restaurantes están ubicados en puntos estratégicos de la ciudad y son de los mejores, hemos logrado convertirlo en restaurantes de cinco tenedores y queremos abrir unas sucursales en otras ciudades del país.

Aparte de la campaña publicitaria, el señor Paterson nos proveerá de productos de sus supermercados y nosotras no encargaremos de promocionarle  a él y sus empresas como hemos hecho con nuestros restaurantes.

—¿Me puedes explicar que le sucede a tu chofer?—Pregunta haciendo que casi me ahogue con el vino.

—¿Por qué lo dices?—Respondo con otra pregunta.

—Desde que llegamos no te ha quitado los ojos de encima.—Dice haciendo que mire en la dirección en la que se encuentra Edward a dos mesas de nosotras.

—Es...es que...—Intento explicarle, pero no puedo.

—No me digas que te has acostado con el—Afirma adivinando mis pensamientos. Su boca forma una gran O y su mirada se dirige de mi hacia Edward y viceversa.—¡Oh por Dios! ¿Cuando sucedió? ¿Te gusto? ¿Cómo fue? ¿Es tan bueno en la cama como aparenta?.—Sus preguntas llueven sin parar.

—Si me dejas responder alguna pregunta, tal vez lo sepas—Digo haciéndola callar.

—Bien. Me callo, ahora dime—Expresa con una gran sonrisa de satisfacción.

—Anoche. El momento se dió, y bueno...—Me encojo de hombro—Fue maravilloso, hace tiempo que no me sentía así —Admito.

—¿Por qué siento que ahora viene un pero?—Señala.

—Porque lo hay—Confirmo—No creo que haya sido buena idea haberlo hecho —Digo con pesar.

—¡Por favor Tereza! ¿No volverás al principio? ¿Verdad? Solo déjate llevar, olvida al mundo, el qué dirán y disfruta, te lo mereces, nadie va a juzgarte por eso, y si de casualidad aparece algún sin oficio que quiera hacerlo, me llamas y yo me encargo —Dice con una amenaza intrínseca en su voz. Sé que sería capaz de cualquier cosa por mí.

—Eres la mejor hermana que no imagine tener jamás.—Le miro con cariño.

—Sí, sí, lo sé. Me amas. Termina tu postre, debemos regresar a la empresa.

★★★★★★★★★★★★

No olviden dejarme en los comentarios que les pareció el capítulo.

Volver a amar "Segundas Oportunidades 1"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora