Mi inocencia es tuya

49.Guerra de amor (2/2) MARATÓN 3/3

te odio, te amo
te amo, te odio
ay! como odio amarte...
te odio, te amo
te amo, te odio
ay! como odio amarte.

Finalizo y todos comienzan a aplaudir, rio y los chicos igual. El frio que tenia se fue y ahora siento como el orgullo volvió a mi. Andrés me mira con expresión seria lo que hace que ría. Camino hacia él y el hacia mi hasta quedamos en la mitad. Sus ojos se posan en los míos y no puedo evitar sonreír, el hace lo mismo y luego me saca la lengua.

-Eres un idiota-dice y suspira- Me salió el tiro por la culata y ahora te iras

-Yo nunca dije que me iba-contesto y el sonríe- Necesito tiempo, amor. Aun no hemos terminado y no quiero eso- paso una mano por detrás de su cuello- Te amo lindo, pero en realidad me lastimaste mucho. Gracias por hacerme reír, gracias por esta noche- sonríe- Eso me gusta, nunca dejes de sonreír así este lejos de ti, pues cada vez que muestras esos dientes de forma tierna haces que me enamore más de ti

-¿No te iras?- me quedo callado

-En algún momento dije que nunca te abandonaría, han pasado ocho meses y sigo contigo.

-¿Ocho meses? ¿Seguro?- me quedo callado, me encojo de hombros y el rie- Ni yo se cuanto llevamos juntos, tan solo se que cada día te amo más

-¡Cursi!- me empuja- Lo que importa es que estamos juntos...Por el momento necesito estar solo, necesito tiempo. Me convertiste en el alguien cursi y empalagoso pero eso no significa que todos los días me llenes de peluches y regalos.

-¿Qué? ¿Peluches?-cuestiona y se gira hacia los demás, Alejandro sale corriendo junto con Ann y ríe- Yo tan solo te mandaba cartas y ya, algún que otro dulce pero como soy pobre no podía mandarte más- frunzo el ceño

-Leí las primeras amor, luego ellos se metieron y termine quemando todo y botando todo.- me abraza de improvisto y todos, en coro, dicen su famoso "aww". Le correspondo su abrazo- Te amo mocoso pero te odio

-Si lo dejaste en claro hace poco- rio- Entonces ¿Nos vemos en una semana?

-No lo se, aunque te diga todo esto sigo molesto.- no digo mas y me giro para luego irme del lugar. Cuando llego al cuarto saco todos los peluches y los dejo en la entrada, me acomode y me deje caer en un sueño profundo.

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A la mañana siguiente me levante como a las diez dela mañana así que fui a la cafetería comer y cuando entre todos me miran con una sonrisa, los ignore y seguí. Tome mi desayuno y me senté en una de las mesas que quedaban en la parte oscura, lugar en donde nadie se sentaba puesto que ahí no había luz y no se veía nada, mi lugar perfecto. A mitad del desayuno veo como un rubio entra, la sonrisa que tiene es su rostro hace que yo sonría, entra y comienza a saludar unos tantos. Se sienta en una mesa quedando enfrente mío, habla y habla con la gente que pareciera que nunca se cansa. Me gusta verlo así, feliz. Así sea lejos.

-¿Lo amas mucho?- la voz de Paúl hace que deje de sonreír, joder, es el único que sabe que me hago acá, se sienta con los demás chicos a mi alrededor y estos comienzan a comer- Necesitas volver a tu vida de antes amigo, todos estamos aquí y nunca te abandonaremos ¿Qué dices?- miro mi palto con duda y luego sonrió para decir que si a su propuesta. En los viejos tiempos a pesar de ser un playboy tenia amigos y me la pasaba divirtiéndome. Era el mejor jugador del equipo, tenia una vida digna de un adolescente pues aprendí a no dejarme llevar por el pasado, pero todo cambio cuando me mandaron una caja con papeles de mi hermano y su acta de fallecimiento. Me volví oscuro, como antes, cuando entre al internado. Los chicos se alejaron de mi y me volví solitario, un año después llego ese mocoso que se rie mientras juega con el cabello de su amiga.