Capitulo 30

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MARATÓN 2/5

En unos minutos estábamos en frente de la casa. Gonzalo bajo y rápidamente abrió mi puerta.
-Gonzalo... ¿y qué debo usar?- le dije mientras subíamos las escaleras
-Lo que tú quieras...- me dijo riendo -De todos modos te ves hermosa- dejo de caminar para abrazarme
-Gonzalo... ¿seguro que no quieres que te espere aquí?- le dije haciendo mi cara de suplica lo mas convencible posible.
-Me gustaría que fueras conmigo, pero si no quieres ir está bien- me dijo acariciando mi mejilla. Después de esto que me había dicho me era imposible decirle que no.
-Me iré a cambiar...- bese sus labios y entre a mi habitación.
Entre al baño para abrir la regadera y que el agua comenzara a templarse, mientras esto sucedía, fui a mi closet para buscar que usar. No lograba decidirme hasta que encontré {Foto de arriba} Lo deje sobre mi cama y regrese a la regadera. Saque toda mi ropa y entre, dejando que las tibias gotas de agua se llevaran lo que sobraba en mi cuerpo.
Ya vestida comencé a maquillarme, como siempre. No muy cargado. Delineador, rubor y brillo labial. Mi cabello lo deje suelto para que en él se formaran las naturales ondas. Acomode mi fleco hacia un lado y mi cabello sobre mis hombros. Tome mi bolso y salí al pasillo. Me encontré con Gonzalo, volteo a verme sorprendido.
-Se te van a salir los ojos...- le dije riendo mientras caminaba hacia el
-Tú eres la culpable...- me dijo abrazándome por la cintura -Te ves hermosa- me dijo con una sensual voz, que todo en mi interior se estremeció. Seguro que se dio cuenta ya que una victoriosa sonrisa se formo en sus labios y me apego aun más a su cuerpo, para unir nuestros labios. Con una lentitud rosaba mis labios, disfrutando mi brillo labial.
- ¿Vanilla?- me pregunto dudoso separándose de mis labios
- Si no estás seguro prueba de nuevo- le dije pasando mis brazos por su cuello, sonrió y sin pensarlo dos veces volvió a besarme, nuevamente devoraba mis labios de esa forma tan especial que me hace delirar. Ahora yo me separe de él y lo mire pero seguía con los ojos cerrados
-No lo sé... aun no estoy seguro...- dijo haciendo una mueca graciosa
-Eres un mentiroso...- le dije riendo desde el primero sabía que era vanilla, solo lo decía para seguirme besando.
-Sabes...- me dijo sensualmente -Puedo hablar y avisarles que llegaremos tarde- levantaba rápidamente sus cejas
-Gonzalo...- alargue riendo
-Está bien... vamos- dijo poniendo en blanco los ojos mientras tomaba mi mano para caminar hacia las escaleras.

Llegamos a una hermosa y gran casa, color blanco y con un enorme jardín, iluminado por unos rústicos faroles de luz blanca.
-Es hermosa- le dije a Gonzalo mientras miraba con detenimiento la residencia, me dedico una sonrisa mientras se estacionaba.
-Yo te abro...- me dijo antes de bajar del auto, aun no me acostumbraba a que siempre me abriera la puerta. Pero esos detalles como abrirme la puerta, tomarme de la mano y dar pequeños besos en mi mejilla, me fascinan.
- ¿Entonces?- le pregunte claramente sobre nuestra 'relación'
-Pues a mí no me molesta decir que estamos saliendo...- me dijo jugando con mi cabello - ¡No amigos! ¡No novios!... ¡Saliendo!- al fin aclaro mi más grande duda -Pero si te causa problemas con tus padres, lo mantenemos en secreto- me dijo sonriendo
-Creo que es mejor la segunda opción...- le dije ya que no quería que mis padres se enteraran ya que inmediatamente lo cambiarían. Tomo mi mano pero de inmediato me soltó
-Lo siento...- dijo riendo -No sé si pueda resistir eh...- me advirtió entre risas
-Claro que podrás...- le dije abrazándolo, ahora sin dificultad ya que por la altura de mis zapatos quedábamos de la misma estatura.
- ¿Me das un besito?- me pregunto con una voz de niño pequeño mientras me abrazaba
-Solo uno...- le dije riendo y asintió con la cabeza
Me acercaba lentamente a sus labios, en automático cerro sus ojos, dejando sus labios entreabiertos para poder acoplarlos perfectamente a los míos. Pero cambie el camino de mis labios hacia su mejilla. Lo miraba divertida, en su rostro se había formado un gesto de inconformidad aun con los ojos cerrados.
-Estás jugando conmigo...- dijo levantando una de sus cejas
-No lo sé... puede ser- le dije riendo ¡Claro que estaba jugando!
Camino haciéndome retroceder, hasta que su auto nos impidió seguir retrocediendo, su anatomía y la mía se conjugaban perfectamente, tomo mis manos y me hizo pasarlas a su espalda formando un abrazo, para el tomar mi rostro entre sus manos y atraerme hasta sus labios. Me besaba con desesperación, con necesidad. No puede evitar seguirle el beso, simplemente sus labios me volvían loca, en pocas palabras me había vuelto completamente adicta a sus besos. Completamente adicta a él.
La ausencia de oxigeno en mis pulmones, comenzaba a hacerse presente, pero por nada detendría ese magnífico beso. Al menos yo no. Pero Gonzalo bruscamente se separo de mí. Abrí mis ojos como platos y solo porque mi mandíbula está unida a mi cráneo, no cayó hasta el piso, me miraba divertido. Se estaba vengando.
- ¡Te estás vengando!- le dije riendo
-No lo sé... puede ser- me contesto tal y como yo lo había hecho
-Eres un tonto- riendo di un golpe en su estomago
-Hey tu empezaste...- me abrazo por la espalda y beso mi mejilla
-Vamos ya...- le dije sacando sus brazos de mi ya que si alguien nos veía, todo se arruinaba.
Llegamos a la puerta de la casa y Gonzalo toco el timbre, en unos minutos una mujer con cabello lacio abrió.
- ¡Gonzalo!- lo saludo claramente emocionada, acción que me decía que era su madre. Además de el gran parecido que tenían. Lo abrazo cariñosamente para luego dirigir su mirada hacia mi - ¡Tú debes ser la hija de Viviana y Adrián!- me dijo con una dulce sonrisa mientras me saludaba
-Asi es...- le conteste igual regalándole una sonrisa
-Pero pasa cariño...- me dijo amablemente

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