Capitulo 20

1.8K 79 6
                                    

- ¡Hey no hemos terminado!- decía mientras caminaba detrás de mi
-Sabes no estoy de humor...- le dije con fastidio
-Es algo que a mí no me interesa...- me dijo -Sabes que el castigo que te estoy dando no es nada a lo que realmente te mereces...- me dijo poniéndose enfrente de mí, evitando que siguiera caminando
-Hay Gonzalo... ya no hay nada que me puedas quitar... ¡no tengo auto, dinero, celular y ni siquiera escuela!- le dije sacándole la vuelta
-Tampoco televisión...- me dijo siguiéndome
-Está bien...- tome la perilla de la puerta
-Y de aquí a que me valla, no quiero a ese idiota aquí...- se refería a Paio
- ¿Qué?- le dije mientras volteaba a verlo
-Como escuchaste...
-Ni siquiera mis padres me prohíben verlo cuando me castigan- le dije molesta, Paio para mí era como un hermano y después de lo sucedido necesitaba hablar con él.
-Pero ahora yo estoy a cargo y el no me agrada...- dijo despectivamente
-Alguien esta celoso... Gonzalo tiene celos... celos- comencé a cantar con una tonta tonada, el solo reía fastidiado
-Si claro...- dijo sarcástico
-...Tiene celos... y se molesta porque tiene celos...- no podía parar de reír por mi improvisada canción
-Basta...- me dijo mientras caminaba hacia las escaleras nuevamente
-...Muy molesto, alguien me quiere pero no puede, porque tiene celos, celos, celos- seguía cantando y riendo
- ¡Ya!- me grito desesperado mientras que fugazmente me acorralaba contra la pared
-Alguien está asustada...- comenzó a cantar, mientras seguía acercando su anatomía a la mía.
-No tanto como los celos que sientes...- seguía cantando mientras que el ponia sus brazos a mis costados, apoyándolos contra la pared.
- ¿Celos?- pregunto levantando una de sus cejas
-Si... acéptalo te deshaces por dentro...- solté una burlona carcajada
-Te equivocas...- su respiración se mesclaba con la mía -Yo tengo una hermosa novia, cero problemática- podía sentir como su aliento acariciaba mis labios.
Subí mis manos por su cuello, delicadamente para formar un abrazo, su mirada iba de mis ojos a mis labios. Su respiración comenzaba a acelerarse, mas yo mantenía una tranquilidad increíble. Ladee mi cabeza para acoplar nuestros labios. Cerró los ojos, esperando a que mis labios aprisionaran los suyos.
-Entonces por qué no te vas con ella...- susurre en sus labios para después ágilmente escaparme.
Me encerré en mi habitación, no sin antes ponerle candado a la puerta. Me acosté en mi cama mirando al techo.
-Ahh ya me aburrí- dije después de unos minutos. Eran las dos de la tarde, no tenia música, ni televisión y no podía hablar por teléfono.
Me puse de pie y salí hacia la sala, tome el control de la televisión y la encendí, para después acostarme en un sillón. Cambiaba rápidamente los canales hasta que por fin encontré una película que logro captar mi atención.
-Florencia abre la puerta...- me indico Harry desde la cocina cuando se escucho el timbre
-Yo no espero a nadie-
- ¡Hey que haces viendo la televisión! ¡Estas cas ti ga da!- me reclamo mientras caminaba hacia la puerta.
Abrió la puerta y seguido escuche un -Hola-
- ¿Qué haces aquí?- le pregunto Gonzalo sorprendido
- ¿Que no te alegra ver a tu novia?- le contesto la dueña del 'hola' ósea... Bianca
-Si... pero te dije que aquí no- lograba escuchar toda la conversación
- ¿Hey que te paso en el labio?- le pregunto
-No es nada...- le dijo cortante
-Es que no se... pensé que tal vez podríamos ir a tomar algo o a mi casa-dijo con su aguda y molesta voz - ¡Anda! Deja a la estúpida esa... - estaba por ponerme de pie y hacerle lo mismo que a Azul, pero me tranquilicé - ¡No Flor! ¡Dos peleas en un día, no! - además si lo hacía, Gonzalo no se iría y arruinaría mi plan.
Seguí como si no hubiera escuchado nada y miraba con atención la película.
-Florencia voy a salir, ¡pórtate bien!- me dijo parado en el umbral mientras se ponía su chaqueta. No le respondí, solo espere a que saliera de la casa para correr escaleras arriba y cambiarme de ropa.
Tome la bolsa, pero no tenía sentido llevarla, no traía absolutamente nada, asi que la deje.
Sin hacer ruido salí de la casa, tenía que hablar con Paio.
Su casa no quedaba muy lejos, solo haría unos cuantos minutos de camino, y para regresar le diría que me trajera o le quitaría dinero para un taxi. Tenía suficiente tiempo, seguramente Gonzalo llegaría hasta tarde y más si no llevaba su auto.
- ¡Flor Pero mira que linda estas!- me dijo la madre de Paio cuando me vio, sonreí sonrojada y salude -Buscas a Paio ¿cierto?- me pregunto sonriente - ¡Pero pasa!- me dijo amablemente
Después de unos minutos vi que venía bajando las escaleras, me miro extrañado
- ¿Qué haces aquí?- me pregunto
-Gonzalo salió y vine...- reí -Es que quería hablar contigo...- le sonreí lo mejor que pude
-Siéntate...- me dijo después de soltar una risa...
-Mira... con Gonzalo no paso nada... yo se que estaba algo pasada esa noche pero créeme nada sucedió- le explique, no era del todo cierto, pero si la gran mayoría.
-Es que no me da confianza ese tipo...- me dijo con cara de desagrado
-Pero a mis padres si...- le dije -Yo no lo escogí si no ellos, asi que por algo debe de ser...- le sonreí
-Entonces discúlpame...- me dijo apenado -...Discúlpame por golpear a tu novio...- soltó una sonora carcajada
- ¡Cállate! ¡No es mi novio!- reí junto con el
-Pero sé que te gusta... y eso si lo puedo jurar- levanto sus cejas rápidamente
-...Tiene novia- le dije mirando hacia el piso -Y es un idiota...- ambos reímos
-No llores...- me dijo con voz tierna
- ¡No estoy llorando!- seguíamos riendo
-Vamos te invito un helado...- me dijo poniéndose de pie
Pasamos toda la tarde juntos, me divertía mucho estar con él. Seguíamos ahogados de risas hasta que mire su reloj.
- ¡Paio!- dije alarmada - ¡Son las siete de la noche!-
-No puede ser...- abrió sus ojos como platos - ¡Ya deberías de estar dormida niña!-
-Cállate y llévame a casa...- le dije riendo
Subimos a su auto y en unos minutos ya estábamos en la puerta de mi casa, me despedí y baje del auto. El auto de Gonzalo ahí seguía, pero no me alarme porque se había ido en el auto de la bruja de Bianca...

El Niñero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora