Capitulo 26

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- ¡Yo no hice nada!- dijo riendo-Tu sola caíste...
-Hay pero que lindo...- ¿Amigo... novio? -...Que eres Gonzalo- le dije sarcásticamente -Ayúdame...- le dije mientras estiraba mis brazos para que me ayudara a salir
-Me vas a querer tirar...- dijo riendo desconfiado, lo mire seriamente
- ¿No me vas a ayudar?- le pregunte retóricamente, me sonrió mientras se hincaba para tomarme de los brazos y ayudarme a salir.
Se sacudió las pequeñas gotas que le habían caído y me tomo de la mano, pero yo lo solté rápidamente
-Espera...- le dije mientras fingía que buscaba algo en la piscina
- ¿Qué pasa?- me pregunto
-Mi pulsera...- le dije mientras tomaba mi muñeca derecha
- ¿Como era?- pregunto mientras se acercaba al borde de la alberca
-Es... rosa con blanco...- le dije mientras seguía semejando que la buscaba
-No logro verla...- seguía buscando
-Tal vez desde adentro...- le dije provocando que rápidamente volteara pero esta vez yo fui más rápida y lo empuje por la espalda para que callera al agua. Lamentablemente no me moví rápidamente y me alcanzo a tomar de la muñeca, haciendo que ambos cayéramos.
- ¡Eres una tramposa!- me dijo riendo mientras agitaba su cabeza para sacar el exceso de agua
- ¿Por qué tramposa?- pregunte ingenua -Solo te quería ayudar a despintarte los bigotes...- le dije acercándome a el
-Por eso me gustas...- tomo mi mano y me acerco a él. Lo abrace por el cuello, después de que me envolviera en sus brazos al mismo tiempo de que me alzaba para quedar a la misma altura. Saque una de mis manos de su cuello y comencé a limpiar su rostro haciendo desaparecer cualquier rastro de marcador, Mientras que el me miraba con detenimiento, como si guardara en su memoria cada centímetro cuadrado de mi rostro. Lo mire a los ojos, esa mirada almendrada que antes me producía enormes cantidades de enojo al simple instante que se conectaba con la mía, ahora me hacia desfallecer.
Poco a poco la distancia entre nosotros fue disminuyendo hasta que la eliminamos por completo al unir nuestros labios en un exquisito beso.
- ¿Tienes frio?- me pregunto separándose de mí, ya que seguramente había sentido mi estremecer.
-Algo...- mentí, tenía bastante frio, estábamos en pleno Septiembre no era tanto el frio, pero había un fuerte aire, además de que ya estaba obscureciendo.
-Salgamos...- me dijo y obedecí, tome su mano y salimos
Caminamos por toda la casa en silencio para nada incomodo, el tomaba mi mano y de vez en cuando hacia caricias con sus dedos. Llegamos a la puerta de mi habitación.
-Iré a ducharme y cambiarme...- me dijo para después besar mis labios con una lentitud delirante.
Entre a mi habitación aun algo desconcentrada por el beso, tome mi pijama que constaba de un short y una blusa de tirantes, entre al baño. Después de una ducha me vestí y cepille mi cabello. Salí esperando encontrar a Gonzalo, ya que todas las noches dormíamos juntos, pero no estaba.
Comencé a acomodar las sabanas y las almohadas, cuando sentí que dos manos se posaban en mi cintura, una sonrisa se dibujo automáticamente en mi rostro, mientras que me abrazaba, con una mano corrió a un lado los tirantes de mi blusa y de mi sostén para dar un lento beso en mi hombro y después volverlos a acomodar en su lugar.
Vestía un pantalón a cuadros rojos con negro y una musculosa negra, la cual dejaba al descubierto sus bien marcados brazos. Lo tome de la mano y lo guie para que me siguiera a la cama, nos acomodamos debajo de las sabanas, me acomode como siempre en su hombro cerca de una de mis partes favoritas de su anatomía. Su cuello.
- ¿Tienes sueño?- me pregunto mientras que con su mano libre acariciaba mi brazo...
-Nop...- le conteste divertida - Supongo que tu tampoco- le dije obvia ya que había dormido toda la tarde.
-No...- dijo riendo -Pero creo que no me volveré a dormir cuando tú estés despierta, a menos que necesite un disfraz- me dijo levantando una de sus cejas
-Hay...- alargue -Solo fue una pequeña broma...- le dije inocente
-Pues si pero...- estaba por decirme cuando escuche que mi celular sonaba desde el mueble que estaba cerca de la puerta. Volteé a verlo y vi como la luz de la pantalla alumbraba parte de la pared y del techo.
-No contestes...- me dijo Gonzalo en tono de suplica
-Gonzalo...- alargue -Puede ser algo importante...- le dije riendo
-Si es importante ya llamara de nuevo- me dijo mientras me apegaba mas a él, para evitar que escapara, aunque en realidad no quería hacerlo.
-Está bien...- dije ya que había dejado de sonar -Pero si vuelve a timbrar...- no pude terminar la oración cuando el pequeño aparato electrónico volvió a emitir ese sonido, solo que esta vez era de un mensaje. Volteé a verlo aguantando la risa, y él me miraba haciendo un puchero curvando su labio inferior hacia afuera. Me provocaba tanta ternura..
-Gonzalo...- alargue nuevamente -Me paro, lo tomo y regreso... no me tardo ni dos minutos...- le dije mientras le llenaba de cortos besos.
Resignado me soltó, para que pudiera tomar el celular, rápido me puse de pie y tome el celular.
-Espero que sea Paula...- dijo serio -...Si no, tendrás que explicarme porque te llaman a esta hora- sus celos eran reconocibles a cientos de kilómetros.
Deje de mirar el celular para voltearlo a ver mientras caminaba de regreso a la cama.
- Gonzalo estás celoso?- le pregunte mientras apoyaba mis rodillas en la cama para después comenzar a gatear hacia él. Se sentó sobre el acolchado y con un rápido movimiento logro que yo terminara recostada, sostenía mis brazos a mis costados, mientras que se acercaba peligrosamente a mi cuello, solo lo rosaba con la punta de su nariz, haciendo que su respiración me acariciara provocando a mis hormonas.
- ¿Y que si lo estoy?- susurro sensualmente en mi oído, al mismo tiempo daba ligeras mordidas en el lóbulo de mi oreja.
-Yo solo...- trate de decir cuando ya se había apoderado de mi celular - ¡Gonzalo Gravano!- le dije sentándome - ¡Devuélvemelo!- le indique seriamente, pero ignorando mi indicación, miro la pantalla la cual decía'Una llamada perdida de: Paio' ..

-Paio...- dijo con fastidio, me regreso el celular y se volvió a acostar, cruzo sus brazos sobre su almohada y se volteo. Se había molestado.
Mire el mensaje que también era de Paio y reí 'Paula acepto salir conmigo... deséame suerte' presioné responder y escribí 'No necesitas que te la desee, ¡se que la tendrás!'. Apague el celular y lo deje sobre la mesa de noche. Volteé y Gonzalo seguía en la misma posición.
-Gonzalo...- le llame mientras acomodaba su cabello el cual ya estaba un poco más largo, pero igual me fascinaba. Pero no hubo respuesta de su parte -'Paula aceptó salir conmigo, deséame suerte'- cite lo que decía el mensaje -Eso decía...- di un beso en su brazo y me recosté dándole la espalda tal y como él lo hacía conmigo.
No quería que se molestara conmigo, pero no le explicaría más. Ni siquiera tiene por que pedirme explicaciones. No es mi novio, al menos yo no recuerdo que hubiéramos quedado en ese término.
Un constante movimiento en la cama me saco de mis pensamientos, de pronto sentí que Gonzalo me abrazaba.
-Perdóname pero es que no me gusta que te hable tanto...- me dijo acariciando mi estomago.
-Sabes bien que entre él y yo no hay absolutamente nada y no me gusta que me trates asi, cuando yo cambie mi forma de ser por ti...- le dije sincera, ya que yo había dejado mi orgullo y berrinches a un lado para que no peleáramos pero él a la primera saca a relucir su bipolaridad
-Es que solo te quiero para mi...- me dijo mientras me hacía que girara para quedar frente a frente
-Eres un tonto...- le dije riendo pasando mis brazos por su cuello y poder unir nuestros labios, sin siquiera pedir autorización, adentro su carnoso y exquisito miembro en mi boca, tanto como su miembro y el mío debatían en una pequeña guerrilla, tan satisfactoria como las caricias que Gonzalo proporcionaba sobre mi pierna...

El Niñero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora