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36: ¿Es que acaso no lo recuerdas?

Punto de vista de Chloe

— ¿De verdad no vendrás? — preguntó Harry desde la mesa, a punto de empezar a degustar ese apetitoso almuerzo que "por arte de magia" había llegado al salón.

Negué con la cabeza. — ¡Has algo! ¡Por Dios! — exclamé en un grito ahogado. — ¿Cómo es que estás tan tranquilo sabiendo que estamos encerrados?

Harry alzó su mirada con una sonrisa. —No me incomoda en absoluto estar encerrado aquí contigo, bebé. Y en vez de estar gritando... ¿Por qué no vienes y me das un beso?

Abrí la boca indignada. — ¡Eres increíble, Harry Styles!

—Lo sé — se encogió de hombros, aún con aquella molestosa sonrisa. — Pero que me lo digas tú, suena tan...bien.

—Eres...eres... —ahogué un grito y me rendí, dejando caer mi frente en el material fuerte de la puerta.

—Deja tú orgullo, ven a comer conmigo, se pondrá fría la comida. ¿No hueles acaso?

Cerré los ojos con fuerza. La verdad era que tenía mucha hambre, y no sabía cuanto podría aguantar. — ¡Ya cállate!

—Chloe...

— ¡No voy a comer, Harry! — grité mirándolo. Estaba desesperada. — No te creo nada, y sé que tú tienes que ver en todo esto...

— ¿Pero qué...?

— ¡Y vas a abrir esto de inmediato! ¡No soy tu animal!

Harry se levantó de la silla y caminó hacia mí con un leve fruncimiento de ceño.

— ¿Tanto te molesta estar aquí conmigo?

Desvié la mirada posándola en la gran ventana del salón. Ya podía sentir como mis nervios corrían sobre mí al sentir a Harry tan cerca de mí.

— ¡Respóndeme!

— ¡Sí! ¡Sí me molesta! — admití en un tono de voz intermedio. Posé mi mirada en él. — Lo que ahora tenemos es algo estrictamente profesional, y creo habértelo dejado en claro.

La mirada dura de Harry se fue derritiendo. —Chloe...

—No de nuevo. No de nuevo, por favor. Si aún te queda un poco de decencia, abre la puerta y deja que me vaya.

—Es que no quiero que te vayas... No quiero dejarte ir. — susurró. Tomó una de mi mano y trató de entrelazarla con la de él. Me mantuve inmóvil y ahora con la mirada puesta en nuestras manos. —Esto es lo que somos, Chloe. Somos una sola persona, no podemos estar separados. Tú eres mi maldita fuerza y si tú te alejas así de mí... ¿Cómo..., Cómo se supone que siga de pié?

—Ha...

—Siempre unidos. ¿Es que acaso no lo recuerdas? ¿No recuerdas aquellas madrugadas en mi casa? ¿No recuerdas todo lo que nos prometimos? ¿Por qué siento que ya no lo recuerdas?

—Recuerdo todo, sin embargo tú eres el que está olvidando que el que falló fuiste tú. Y ya de verdad... no te culpo, más de una vez te dije que no era suficiente para ti, y ya era hora de que te aburrieras de una persona como yo.

Harry apretó su agarre. —Por favor... —susurró y levantó mi cara haciendo que lo mirara. Ahí estaba de nuevo, esa mirada triste y vacía. — No me digas eso. Tú eres más que suficiente para mí, yo... yo soy el que no es suficiente para ti. ¡Míranos! No pude mantener nada, ni siquiera pude hacerte feliz como tanto te prometí. No te culpo de nada, tienes todo el derecho en querer alejarte de mí, pero... yo no puedo, Chloe. ¿Cómo hago? ¿Cómo me saco toda esta culpa que siento dentro de mí al verte sufrir por mi culpa?