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31: Todos tienen derecho al perdón

Punto de vista de Harry

Casi me quedé sin aliento al entrar a la habitación. Chloe estaba en una de las camillas, totalmente inconsciente a causa de los sedantes que se le proporcionaron. 

Tragué en seco. 

Ella parecía estar sin vida. Estaba conectada a varios cables, y su cabeza estaba cubierta con una venda blanca.

—Señor Styles, sea prudente. Hace unas horas salió de la operación —dijo el doctor.

No le presté mucha atención a sus palabras, yo sólo quería estar ahí con ella. Di un pequeño asentimiento acercándome hacia Chloe. Mi pecho se oprimió al verla más de cerca. Tenía varios moretones y raspones en el rostro y en varias partes de sus brazos. Me senté a su lado y tomé su mano, apretándola con fuerza.

—No sabes..., no sabes lo doloroso que fue para mí haberte encontrado en medio de la calle. Yo... esto me sigue doliendo ¿Sabes? — susurré con hilo de voz. En todas estas horas había estado tratando de contenerme, pero había sido imposible — Pensé que no llegaría a tiempo. Pensé que... que me dejarías definitivamente. — suspiré. Una lágrima se deslizó hacia mi mejilla. — Fui un estúpido. Soy un estúpido.

Miré hacia el techo. Tienes que ser fuerte.

—Lo lamento tanto, mi amor. — sollocé incapaz de contenerme más — Por favor, no te vayas, no me dejes. Fui un completo imbécil, y por mi culpa estás así — negué con la cabeza — No me merezco a alguien tan buena como tú, p-pero... ¿Cómo hago? ¿Cómo hago si te amo?

Lloré todo lo que pude. Sabía que ella no estaba escuchándome en lo absoluto, pero tenía la necesidad de sacar todo esto que llevaba adentro. Miré su rostro golpeado, y me sentí terriblemente mal. Todo esto era mi culpa. Había lastimado, destrozado y engañado al amor de mi vida. ¿Cómo pude ser tan estúpido? Ella no se merece nada de lo que le está sucediendo. Ella merece ser feliz, merece tenerlo todo. Y yo no pude darle nada, sólo sufrimiento.

—Lo siento, Chloe..., pero por favor... regresa. — susurré. Llevé su mano hacia mis labios y dejé un pequeño beso ahí. Lloré contra su mano. — Tienes que ser fuerte, bebé. Tienes que salir de esto. Tienes que volver. — decía una y otra vez. Mi garganta parecía cerrarse dándole el acceso únicamente al dolor. Me sentía terriblemente mal. Verla en este estado y no poder hacer nada para cambiarlo, me partía el corazón.

Minutos después entró el doctor a la habitación. Revisó los aparatos y anotó algo en su libreta.

—Doctor... ¿Ella estará bien, verdad? — dije, y se podía notar perfectamente la súplica en mis palabras.

El doctor me miró y soltó un suspiro. — El golpe en su cabeza fue bastante fuerte. El accidente le causó varias contusiones cerebrales bastante graves, esto fue un problema muy delicado, pero pudimos disminuir la intensidad intracraneal por medio de la operación. Sólo nos queda esperar, ya hicimos todo nuestro trabajo.

Asentí. —Muchas gracias, doctor. Ella... ¿Cuándo despertará?

—En un par de horas ya debe estar despertando. Sé que usted se quedará a dormir aquí, así que le pido de por favor, que en cuanto despierte no la presione, ni haga que hable mucho.

—No se preocupe.

(...)

Me había comunicado con Irene, para avisarle sobre el accidente. Se preocupó muchísimo y creo que hasta le dio un ataque de nervios al contarle. Le dije que estuviera al pendiente de Chelsey quien no tardaría en llegar de la escuela. No sabía si estaría bien traerla al hospital o no, pero al final decidí avisarles en cuanto despertara Chloe para que pudieran venir.