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No es la última vez que Jimin ve a aquella chica, con el vestido blanco bailando sobre las barandillas del puente, de echo a veces la ve con tanta frecuencia que empieza a pensar que quizás podría ser la mejor amiga que había tenido.

Que había tenido, sin necesidad de compartir muchas palabras.

Cuando Jimin llegaba al puente por las noches, ella ya estaba ahí, en el mismo lugar y mirando en la misma dirección.

Jimin llegaba a su lado y se encaramaba de la misma forma que ella sobre el puente -ya había encontrado el coraje dentro de él-, y ella le dirigía una sonrisa. A Jimin se le subían los colores a las mejillas cada vez que hacía aquello, pero no podía hacer otra cosa que devolverle aquella sonrisa al río mientras escondía sus mejillas rojas con su flequillo, expandiendo tanto sus labios y enseñando tanto sus dientes blancos que creía que su boca se hacía más grande cada día que pasaba. Entonces extendía los brazos, como siempre lo hacía, y se dejaba llevar por aquella sensación.

Aquel lugar, junto a los momentos que pasaba cada noche junto a la chica se habían vuelto su mayor y único momento especial. Ninguno de aquellos amigos y compañeros con los cuales compartía su día a día sabían aquello. Era su secreto, igual a las palabras que compartían aquellas noches, eran y serían un tesoro para Jimin que jamás nadie sabría.

Todas las palabras y todas aquellas cosas que la chica del vestido blanco de mirada taciturna decía, eran, un libro de poesía escrito en prosa, o de tal manera le parecían a él. Su mente se expandía con cada cosa que ella decía, a veces le hablaba de historias inauditas sobre animales salvajes corriendo libres por la ciudad, otras de héroes corrientes de todos los días, de hadas en las flores de su vecina, de querer estirar sus brazos y tocar luna...

De bebés que nacían con dos corazones, sobre todos aquellos planetas de los que jamás sabrían nada, de la inmensidad del universo, de lo insignificante que parecían sus vidas.

Ellos, hablaban poco; pero cada vez que la chica abría la boca, ponía patas arriba la cabeza del chico, hasta el punto de hacerle plantearse aspectos de su vida que jamás habría creído siquiera que existieran.

Jimin creía que estaba -la mayoría del tiempo- loca. Muchas veces, mientras el señor Ahn apuntaba ecuaciones sobre el gran pizarrón, se preguntaba si de verdad ella sería real, si lo que realmente pasaba es que todos aquellos animes japoneses habían acabado por poner su cabeza del revés y solo la estaba imaginando. Durante un tiempo tuvo la descabellada hipótesis de que se trataba de un espíritu del río, que ella habría muerto en aquel lugar y aparecía cada noche para asustar a los paseantes nocturnos.

Sin embargo, todas aquellas cosas que ella decía mientras el mantenía su cuerpo erguido ante la frescura del anochecer, hacían que Jimin le diese la vuelta a todos aquellos pensamientos y vivencias triviales, que abriese su mente y empezase a tener distintos criterios sobre su propia vida.

Y si era una simple chica loca a la que le gustaba hablar o un reflejo de la luna sobre el agua el rio Han, era algo a lo que Jimin no le daba demasiada importancia.


Un viernes después de las clases, cuando el sol empezaba a esconderse, Jimin y algunos de sus mejores amigos, decidieron comer algunos dulces y jugar en recreativos de la ciudad. Reían y jugaban dandose empujones por la calle, a veces la gente se los quedaba mirándo y alguna señora dirigía sus quejas en voz alta, pero ellos no le daban importancia y seguían riendo.

Fue en aquel momento en el que Jmin, abrió los ojos.

Pasaban en aquel entonces cerca de un hospital psiquiátrico, donde podía ver a los pacientes tras las puertas mecánicas, que se abrían y cerraban cada vez que un familiar o visitante pasaba.

Él, quedó rezagado de sus amigos, quienes siguieron haciendo bromas calle abajo, sin darse cuenta de que uno de ellos no los seguía. Jimin miraba fijamente a los pacientes del lugar.

Rostro pálido, labios agrietados, flacos como el demonio, mismo camisón blanco.

















Yanghwa - Park JiminWhere stories live. Discover now