Recuerdos

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Domingo, 4 de Octubre, 2015.

Sabes, bebé...

Cuando alguien no está a tu lado por algún motivo de la vida. Lo más hermosa que te quedará de esa persona serán los recuerdos.

Así sean malos o buenos.

Puede que sean hermosos recuerdos que te hagas sonreír o quizás te hagan llorar.

Cuando recién Andrea y yo nos habíamos mudado con tía Rosita. Dormíamos en el cuarto que queda al frente del de Liah.

Cuando la bebé murió. Yo me mudé al cuarto de Liah. Cambiando todo lo necesario excepto la ropa que usaría para salir y lo que me pondría al llegar de clases.

Pedí a tía Rosita por largos meses que pusiera ropa en mi cama todos los días para así no chocar con el olor de esa habitación. También a la señora que limpia la casa pedía lo mismo.

Comencé a frecuentar aquella habitación nuevamente cuando la ropa de la bebé fue regalada junto algunos de sus juguetes.

Lo malo de esto es que no toda su ropa fue recogida. Así que aún hay diminutos pantalones, lazos de peinar y hasta crema antipañalitis.

A esas cosas intento no prestarle atención cuando me adentro allí. Pues aún no he superado mucho e intento hacerlo.

No siento mi pecho apretar ni ganas de lloras desde hace unos 5 meses creo.

Ayer...

He encontrado una foto en el celular de mi primo. Yo juraba que todas esas cosas habían desaparecido.

En la foto hago unas cuantas muecas junto a Andrea.

Ese día estaba haciendo tareas en la computadora y ella fue a pedirme fotos.

Yo accedí. Pues, cada momento con ella era hermoso.

Yo estaba recién despierta y tenía alergia por comer algo que no podía.

Pero, aún así me tomé las fotos con la bebé.

Esa foto me hizo sonreír mucho. No sentí nada malo dentro. Solo alegría de saber que la foto aún estaba a salvo.

Pero, hoy...

Entré a la habitación en busca de algo.

Ando con el humor insoportable últimamente. Todo me molesta, nada me interesa, no mido mis palabras... No sé que me pasa.

Cuando entré a la habitación abrí ambas puertas del centro del armario.

Comencé a buscar lo que quería hasta que llego un punto en que cada una de mis piezas de ropa estaban intercaladas con las de Andrea.

Comencé a pasar lento la ropa.

Miraba con el corazón en la boca cada uno de los detalles de las pequeñas prendas.

Miraba su color, sus diseños, sus letras y su marca.

Llegué a una blusa que solo usé una vez en la vida. Y fue la última vez que cargué a la bebé. La noche en que estaba enferma.

Junto a esa blusa estaba el suetercito de pijama que ella tenia la noche en que falleció.

En ese momento ya no recordaba que buscaba.

No sabía para qué había entrado en la habitación teniendo demasiada ropa por usar aun.

Suspire y solamente sentí salir un par de lágrimas y cerré las puertas del armario y camine a la habitación de Liah.

Aquí sentada con un short rojo y una blusa blanca mientras pienso donde puse mis zapatillas... Caigo en cuenta que los recuerdos son los únicos que me pueden hacer sentir bien.

Intento recordar siempre lo mejor de ella. Su hermosa sonrisa y su bella voz.

Intenta vivir siempre al máximo con los que amas. No dejes que el tiempo se vaya sin dejar alguna huella en él.

Te amo.

Ten lindo día

Hijo (a) de mi AlmaDär berättelser lever. Upptäck nu