North

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Vivir en la cima,
con el cuello forzado, erguido,
mirando hacia arriba,
hacia las estrellas.

No le habían dicho qué eran los humanos,
y que ella,
era parte de ellos.

No existía el dolor,
o la pena,
aquellos niños en las noticias
eran un simple mito.

El brillo no la dejaba ver más allá de si misma,
el corazón que tenía era demasiado débil
y nadie deseaba que su preocupación la consumiera.

Pero, creció,
la dejaron volar sola,
dejaron a la chica sola,
no hacía nada más que sentir miedo.

Y escogió la peor de los caminos,
veía sangre,
oía gemidos,
observaba muertes;
y por más que lo intentara,
por más que las cosas salieran bien o mal,
ella se culpaba,
veía al mundo como un problema
y a ella como una mísera cobarde de alta cuna.

Sintió cada problema como suyo,
no paraba de llorar,
algunos estipulaban que se volvería loca
y terminaría suicidándose
como una inocente y débil mártir...
Pero, ella sólo se liberaba
de una forma horrible
de una sociedad espantosa.

Definitivamente,
ella no se volvió loca,
ni se suicidó.

Ahora no tiene nombre,
se rodea con las personas correctas,
no se siente culpable al ayudarlas,
la recompensan con una linda sonrisa...
Quizá esté lejos, muy lejos de casa,
pero no se arrepiente
de vivir con las únicas personas
que aman cosas pequeñas de la vida.

Los que tienen dinero,
los que tienen el privilegio de no necesitar algo vital,
los que piensan que su realidad es la única
y no piensan en nada más...
No la entenderán,
ella miraba a la dirección que pocos siguen,
la que lleva a la verdadera satisfacción,
la realidad.

Tenía un corazón enorme,
una mente hermosa
y un alma iluminada,
ella es alguien digna de admirar.

Crónicas de una mente sin sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora