¡Qué linda!, ¡Qué destructiva!
Esos ojos, una trampa mortal,
grises, enormes, enmarcados con hermosas pestañas,
oscuros, profundos como un pozo sin fondo.Le gusta destruir y ser destruida,
un placer que pocos tienen la fortuna de obtener.Le gustaba el universo,
grande, infinito, lleno de misterios,
en alguna medida le recordaba a ella misma.Pero se sentía vacía, diferente.
Moviéndose, por suerte,
entre aquella amarga melodía llamada vida.Lo tenía todo, nada,
sólo destellos, sólo suerte,
¿A eso le llamaban sueño adolescente?
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Crónicas de una mente sin sentido
PoetryVes caras, ves personas. Nunca ves sus intenciones, o sus pensamientos. Escuchas sus palabras, pero nunca su origen. Estas personas, comunes, hechas de carne y hueso son incomprendidos, marginados o de vez en cuando los ven como algo que no son. Cad...