El vago recuerdo de una fiesta.

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Capítulo 8: El vago recuerdo de una fiesta.

Anteriormente...

Y está a punto de perderse en sus pensamientos cuando de pronto ve...

Cuando de pronto ve a Rachel acercarse.

La chica va hasta él con una enorme sonrisa plasmada en su rostro, pero lo último que quiere Percy es lidiar con Rachel.

El pelinegro está dispuesto a dar media vuelta e irse por dónde vino, pero Rachel no lo deja escapar y al instante rodea su cuello con sus brazos.

Y Percy la deja pero no le devuelve el abrazo.

—Oh, Percy, cariño —sonríe ella— ¿vas a ir a la fiesta de ésta noche?

—Mm... Ya veremos si me siento mejor para la noche —dice él sin simpatía.

—¿Sentirte mejor? ¿Estás enfermo o algo?

—Sí, me siento pésimo —responde él y emprende de nuevo su camino, pero Rachel lo sigue.

—Oh —dice la pelirroja con cara de lástima—. Pues si tu no vas, yo tampoco.

Mentalmente Percy sonríe, para él sería un gran alivio que Rachel no fuese a la fiesta.

—Si así lo quieres... —se limita a responder. Rachel le dirige otra sonrisa antes de irse.


Llegando al apartamento de Percy...

A Percy no le gusta el secretismo de Zack. Lo hace sentir como si en realidad no confiara en él, por eso, cuándo la madre de Zack se acerca a él queda sorprendido por su pregunta:

—¿Has visto a Zacharias hoy?

—Um, sí —la verdad es que no sabe que decirle. Lo vio un par de veces en el colegio, pero ni siquiera le habló. Así que ¿Que le dice a su madre?

—Oh, es que no lo he visto desde que se fue al colegio —dice la señora frunciendo el entrecejo. Ya no mira a Percy, en su lugar se queda mirando el suelo-. Tiene las mismas tendencias de su padre a desparecer a cada rato.

Eso lo toma por sorpresa. La señora Johnson rara vez habla del padre de Zack, incluso Zack habla poco de su padre. Según tiene entendido, él los abandonó hace mucho. Al igual que le hicieron a Percy.

—¿Su padre hacía eso? —pregunta Percy interesado en el tema. La señora lo mira como si hubiera olvidado que estaba ahí de pie.

—Oh, sí. Al igual que tu padre también solía hacerlo. Te sorprendería las similitudes que hay entre tú y Zack, Perseus.

Bueno, eso en cierta manera es verdad. Percy y Zack comparten el mismo color de ojos, cabello y piel. Ambos viven con sus madres y fueron abandonados por sus padres, la diferencia son los años de abandono. A Percy lo dejaron primero, a los siete años. A Zack a los diez, incluso llegó a conocer al padre del chico, pero tiene borrosos recuerdos de él. Los dos se meten en problemas con una facilidad impresionante y se parecen en personalidades ¿Qué otra cosa pueden tener en común si sus vidas son prácticamente iguales?

—Ah... No entiendo que otra cosa puedo tener en común con Zack —dice Percy.

—Oh, pues ya veremos si eso es verdad —la señora Johnson le giña un ojo y se retira de ahí, dejando a Percy más confundido que cuándo iniciaron la charla.

Pero también le hace pensar. La madre de Zack y él parecen ser misteriosos respecto al pasado del chico, y también de su presente, y no fue hasta ese instante que Percy se ha dado de cuenta. No conoce tanto a Zack como él cree y está dispuesto a descubrir cada uno de sus secretos.

Te quiero (Como te odio, Percy #1.5) ✔Where stories live. Discover now