Painfully Sweet [YoonMin-JimSu]

♡ Especial JungKook [2/2] ♡

—Parece irreal.—susurro JungKook, luego de soltar una corta risa que hizo tensar al cuerpo de Jin. Los labios de ambos estaban a escasos centímetros, pero ninguno quería alejarse.

Jin temía dejarse llevar, pero ya no podía sólo alejar a JungKook como la última vez. El mismo quería volver a probar los labios del menor.

¿Qué estoy haciendo?

El menor siguió su propósito hasta llegar a probar nuevamente los labios de Jin, quien a la diferencia de la primera vez que se besaron no tuvo intención de alejarlo.

JungKook tomó las muñecas del mayor hasta dejarlas arriba de su cabeza, impidiendo de esta forma algún movimiento no deseado por parte de este, aunque en esos momentos no era lo que tenía en mente. Al contrario de su primera vez besando, esta vez fue un beso ansioso, con deseo de probar la boca del otro y así no olvidar su sabor.

¿Qué estoy haciendo?

La mente de Jin era un caos total. La boca de JungKook era cálida, y el estúpido niño besaba de maravilla. Estaba mal, no debería estar besando al contrario, no debería, pero le encantaba hacerlo. Aún si sus manos fueron "inmovilizadas" por él otro, dejó al menor bajo si mismo, y colocó sus piernas a cada lado de la cadera contraria.

—J-Jin...—las mejillas de JungKook estaban sonrojadas, y le costaba respirar. De apoco soltó las muñecas del mayor, y este las puso sobre el abdomen. Algo en la mente del mayor hizo "click", obligando a su cuerpo a bajarse de JungKook quien le miro con una ceja alzada.— ¿Hyung...?

—Baja a desayunar, JungKook.—tapo su rostro con la mano, mientras bajaba de la cama y se dirigía a la salida de aquella habitación.

—E-Está bien...—el susurro del menor llego a sus oídos y se volteo para observarlo. JungKook estaba avergonzado, sus mejillas rojas lo delataban, pero simplemente no le dio importancia. Sin poder evitarlo comenzó a toser una vez que la puerta sonó, indicandóle que SeokJin había salido.—T-Todo está bien...—su flequillo tapo sus ojos.

Jin bajo las escaleras casi corriendo, intentando alejarse lo más posible del menor que aún no salía de la habitación. Intento tranquilizar su inestable corazón que por poco se había desbocado de su caja torácica.

Maldito niño descontrola hormonas...

Ya no soy un mocoso.

Debo pensar las cosas antes de hacerlas, no me sirve de nada dejarme llevar por las emociones que JungKook me provoca. Él aún es un niño... Un niño que no sabe nada del mundo.

Apoyo sus manos en la mesa del comedor, convenciéndose de lo mal que estuvo el haberse besado por segunda vez con JungKoo. No pudo detenerse porque el igual estaba deseando poder verlo de nuevo, aunque sea en la cafetería y aunque el menor no tuviera la intención de hablarle.

Sólo quiero hacer las cosas bien está vez...

—Hyung, lo siento.— La voz del menor, causándole escalofríos hizo que se volteara de inmediato.

—¿Eh?

—No quería que te sintieras atacado por mi parte. De hecho sólo me había fijado en el detalle de que me gustas, pero en ningún momento me fije en lo que sentías.—Continuó.—Además, tienes novio.

—Lo siento, por rechazarte de nuevo.—Jin rasco su cabeza.—De todos modos yo no debería hab-

—¡No digas que no me debiste haber besado! —interrumpió avergonzado. Jin le observó con intriga, sin saber porque el menor había actuado de esa forma.—R-Realmente me gustas, y sentía que yo a ti... Pero saber que no es así, realmente es doloroso.—sonrió de forma triste y miro a Jin.—Duele mucho tener un amor no correspondido.

Jin se sobresalto al escuchar esas palabras, su corazón oprimido ante el triste rostro de JungKook le hizo arrepentirse de haber entrado en la vida de este.

—JungKook.

—Lo siento, lo siento. Lo he vuelto hacer, ¿no?—rasco su nuca.—Iré a mi habitación, lamentó no tener apetito para comer ahora.—comenzó a caminar hasta la escalera que lo llevaría a la segunda planta de la casa.

JungKook se afirmó del pasamano, en un intento de sostener su cuerpo que en un instante se sentía pesado.

—¿Estás bien?—Jin preguntó, caminando hasta la escalera al ver como el menor apenas subía.—Jung...—Ni siquiera terminó la frase cuando el menor estaba en sus brazos. Agradeció sus "buenos" reflejos, alcanzando a sostenerlo completamente. Tocó la frente del menor con su propia mano y suspiro con resignación.—Eres un idiota...

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