*¿Quién eres tu?*

104 5 2
                                    

" A veces la tristeza de uno, puede ser la felicidad para otro."

Sonó el timbre, era las 5:37 am, qué salvaje se lo ocurre timbrar a estas horas y domingo, hay me duele mi cabeza y mi cuerpo, volvió a sonar el timbre, camine hacia la mirilla telescópica, para ver quien era pero parecía no estar nadie en la puerta, quité el seguro y abrí la puerta, al ver que no era nadie la cerré, pero un hombre de un 1. 70 metros de altura empujó mi puerta llevaba una máscara negra que cubría su rostro, sólo su boca y su nariz estaban expuestos al aire, al verlo grité, el me tapo la boca con su mano, haciendo que el entre a mi apartamento y cierre la puerta, lo patee en su pierna derecha, el tipo cayó en suelo quejándose, mientras yo tomé mi móvil y llamaba a la policía e intentando salir.

- Scarlett, soy yo, Marcus! - grito, y retirándose la máscara de su rostro, al verlo cancele la llamada y lo miré con desprecio.

- Estas loco? Acaso quieres matarme? Que hubieras hecho, si me hubiera desmayado o me hubiera dado un infarto eh? - Quería pegarlo, sentí que era el fin.

- Mira, acaso no has escuchado la frase " el que madruga, Dios ayuda " vengo acabando de trotar, por eso llevaba la máscara, y tu fuiste la descuidada que abre la puerta sin preguntar, así que la loca eres tu. - me señaló con su dedo índice.

- Mira pervertido, puedo saber a que se debe tu encantadora visita a estas horas! - lo dije con sarcasmo mientras lo gritaba.

- Que pregunta es esa? Tenemos que hacer el trabajo de hecho lo tenemos que terminar hoy, tal y como quedamos.

- A estas horas? - lo miré con más desprecio.

- Claro, agradece que no vine a las 4 de la mañana, porque estaba planeando en hacerlo. - hecho a reír.

- Espero que este sea el último trabajo que lo hacemos, porque la próxima no voy a tolerarlo. - puse mis ojos en blanco.

- Ya deja de quejarte, no comprendo como un cuerpo tan pequeño puede gritar tanto y quejarse a cada segundo, es eso posible!

- Qué? Tú eres el que se queja de la nada como ayer lo hiciste, así que callate y por cierto la plática de ayer quedó pendiente.

- Mira lo de ayer olvidalo. - Me miró.

- porqué? - Frunci el ceño.

- Cuando estoy contigo, mis neuronas se alteran y hacen que me vuelva inconciente, así como tú, tu eres la que altera mi locura.

- Deberías ir al un sicólogo que lo necesitas y urgente sabes.

- Bien, podemos hacer el trabajo y que dejes de pelear?

- La biblioteca no está abierta cuando tú lo desees, hoy es domingo lo recuerdas?.. la abren a las 9 am, y ahora que quieres que hagamos querido vecino?
Gruñe, gruñe y gruñe.

- Por algo existe el Internet, podemos buscar algo de información. - alzó su ceja.

- No tengo Internet, pero supongo que tu si lo dispones, espérame un momento mientras tomó las hojas.

- Scarlett se supone que tu debes tenerlo, yo no lo dispongo. - añadió.

- Mira porque mejor no te vas, descansas y nos vemos a las 9 am, porque yo estoy perdiendo mi paciencia! - realmente quería matarlo.

- Qué ya son las 6:12 am mejor preparemos el desayuno te parece? - parpadeo sus ojos varias veces junto con una sonrisa.

- Claro que no! -grité.

- Olvide decirte que no era una pregunta, más bien una afirmación, así que lo siento. - Caminó hacia la cocina.

- Sal de mi apartamento ahora!

Pesadillas En La Realidad.Where stories live. Discover now