Parte 20 (3).

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Del momento que abrí mis ojos trate de acostumbrarme entre las penumbras y cuando mi vista encontró aquellas dos figuras que tanto recordaba, mi padre y madre se encontraban en el marco de la puerta de mi habitación. Observe como ambos estaban escondidos observando dentro del lugar, con miedo a ser percibidos de quienes estuvieran dentro.

Y luego una risa, unas palabras y unos susurros dentro de la habitación.

—Esta hablando nuevamente sola—murmuro mi madre.

—Es lo que conlleva esta enfermedad...—susurro mi padre a su lado.

Fruncí el ceño, abriendo ligeramente mis ojos, al saber el significado de sus palabras, camine a paso lento hacia la puerta, y como pase desapercibida para los dos mayores quienes siquiera notaron mi presencia. Trague saliva observando a una pequeña Lara, con aquel vestido blanco suelto y una sonrisa en su rostro sentada en el suelo.

Mi vista fue rápidamente al individuo con pasamontañas a su lado, pero aquella imagen era borrosa y poco a poco la persona a su lado fue desvaneciéndose ante mis ojos

—Nunca se lo diré a nadie...—susurro la pequeña.

Pero él ya había desaparecido, y a lo único que le hablaba era al mismo aire, mi respiración se acorto cuando a continuación escuche como una pequeña risa salia de sus labios, y su vista rápidamente paso sobre mi, su mirada se clavo en mis ojos por unos segundos, en los cuales no me moví de mi lugar, Lara sonrió y luego observo detrás, donde levantando una mano saludo a mis padres quienes no se habían apartado del marco de la puerta.

—Papi, mami. ¿Puedo ir a casa de Thomas hoy? Es su cumpleaños...

Mi vista fue rápidamente hacia los mayores quienes se observaron entre si ante la mirada de la niña apretando su muñeca, y luego de unos corto tiempo ambos asintieron.

—Ponte un abrigo, te llevaremos a la casa de Thomas—exclamo el mayor.

—Pero antes, Lara, debes tomar los medicamentos—dijo la mujer.

La pequeña asintió luego de dar una pequeña mirada a su costado, en donde no veía señales de nada, le sonrió a la mayor y abrió la boca, introduciendo en esta las pastillas.

—Ahora abrígate, te esperamos abajo, cariño.

A continuación la mayor le sonrió a la pequeña, quien antes de ver desaparecer a sus padres agito su mano mostrando sus cortos y blancos dientes, la puerta quedo entornada y oí el eco de las pisadas de mis padres desapareciendo y bajando las escaleras.

Automáticamente observe como la castaña abría la boca y sacaba de debajo de su lengua las tres pastillas que anteriormente la mayor le había entregado, rápidamente corrió hacia la cama, donde seguí su cuerpo, Lara se arrodillo bajo sacando de ella una pequeña caja de madera.

Me acerque a paso lento, ya sabiendo que ella no podía percatar mi presencia, donde pude visualizar una gran cantidad de pastillas, y como la pequeña depositaba las tres que tenía en su mano. Dándome a entender que jamas había tomado los medicamentos, y mis padres estaban siendo engañados.

La pequeña una vez que había dejado la caja en el lugar inicial,corrió nuevamente hacia el centro de la habitación, en donde su cabeza se inclino hacia arriba, sonriendo a la figura que mis ojos no percibían pero sabía que estaba allí, quedando solo en su mente, en su imaginación.

—¿Porque no puedo tomarlas?—susurro la pequeña.

Dando pausa a cada pregunta que hacía, haciendo referencia a la contestación de la figura invisible, y el gesto de la pequeña a su vez confuso pero sin sacar la sonrisa de su rostro.

Sh...Es un secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora