Capitulo 1

938 28 1
                                    

-¿Te gustaron los pendientes? –Preguntó mi tía Alexis por el teléfono mientras yo me colocaba uno de sus regalos en el lóbulo de la oreja-

-Son preciosos –le aseguré mientras miraba las pequeñas piedritas decoradas colgar a un lado de mi rostro. Eran hermosos-

-Feliz cumpleaños, cariño –Sonreí ante el reflejo en el espejo, ella lo había hecho de nuevo, siempre con algo especial para mi, se las había arreglado para que los pendientes llegaran el día exacto-

-¡Gracias, tía! –Conteste feliz, mas feliz que nunca-

-Espero que pases un día espléndido, trataré de llamarte por la noche para que me cuentes todos los detalles jugosos –bajó su tono de voz haciéndolo un susurro chistoso-

-¿Sobre qué, tía? – pregunte riéndome y poniéndome algo colorada-

-Sobre lo que hará Zayn hoy para ti, tiene que ser algo especial, ¿no crees? Es el primer cumpleaños que pasarán juntos siendo novios –recalcó ella mientras yo cerraba los ojos, pensaba igual y solo de imaginarme mi regalo se me ponía la piel chinita y miles de lombrices (no, no mariposas, sonaba muy cursi), miles giraban en mi estomago. 

No pude evitar reír. 

-Te extraño, tía –le aseguré sinceramente-

-Y yo a ti, cariño.

Mis padres me regalaron otra cámara fotográfica, con la cual ya eran quince para mi colección. Esta era especial, el lente tenía pequeñas ranuras que permitían captar interesantes juegos de luz y sombras. 

Salí a la escuela con una sonrisa enorme en el rostro y un solo pensamiento en la cabeza. 

‘Él’. 

Zayn Malik había sido mi mejor amigo por muchos años, vivía a dos casas de distancia y durante mi niñez casi todas las tardes correteaba a su lado. Cuando cumplí quince me di cuenta de que me había enamorado de él, era casi inevitable. Zayn era perfecto; su cabello negro siempre un poco más largo del típico corte, sus ojos miel que parecían brillar cuando reía, su cuerpo alto y fuerte, sin llegar a ser exagerado. Pero no era eso lo que me había hecho amarlo tanto, claro que el me derritiera con solo verlo ayudaba un poco. Él me hacia sentir especial y no rara o friki, no me criticaba por andar siempre con una cámara en mano. Me entendía y yo lo entendía a él. Estábamos hechos el uno para el otro. 

Yo lo sabía, por eso deje que mi tía Alexis me convenciera de declararme. Sí, yo me lancé por todo y él, a pesar de su cara de sorpresa inicial, me había dicho que sí, ¡Él dijo que si!, de eso hace casi cinco meses, un sueño. 

La calle en la que vivíamos estaba conformada de lindas casas a cada lado de la acera, me encantaba caminar por ella y oler la brisa matutina o el misterioso viento nocturno. Estaba sacando de mi enorme e inseparable bolso mi nueva cámara cuando un claxon sonó a mi espalda, el jeep de Zayn aparcó a mi lado.

Otra Oportunidad (Zayn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora