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Me desperté en un hospital y respiré profundo, intentando mantener la compostura. Un médico entró y dijo unas palabras que no entendí del todo, para luego concluir con un "si te sentís bien, podes irte".
Obedecí y me topé con Liam en el pasillo. Este me rodeó con sus brazos y besó mi frente repetidas veces.
-¿Estás bien?-asentí y él me miró serio.- No puedo creer que te hayas metido entre ellos. Jane, fue una estupidez.
-No importa.
Él suspiró y volvió a pegarme a su pecho con urgencia. Caminamos a la puerta del lugar en silencio y tardamos poco en llegar al estadio. Había mucha gente pero nadie entraba aún. Miré a Liam con terror y él tomó mi mano, adentrándose en el lugar.
-Las cosas están... delicadas.-dijo y se volvió hacia mi.- Mirá, Josh y Harry no pueden ni verse. Los tenemos encerrados en habitaciones diferentes. Jane, quiero que te quedes con los chicos. Tengo que intentar solucionar las cosas.
-Liam, creo que no me siento muy bien.-susurré y él me tomó en brazos con rapidez.
-Jane.-suspiró.- Voy a llevarte con los chicos. Creo que necesitas descanzar.
Él me llevó a un camerino al que, pronto, llegarían los chicos. Le dije que se fuera si quería, nada iba a pasarme por estar sola unos minutos. Él se fue a regañadientes y yo me acosté en el pequeño sillón.
La imagen de Harry volvía a mi mente. Su puño. Sabía que no quería golpearme a mi, pero no podía evitar sentir terror al revivir la escena.
Una mano se deslizó por mi cabello y abrí los ojos, topandome con Sandy.
-Hola, nena.-quiso sonreír.
-Hola.-susurré.
-Perdón.
-No importa.
-Todo va a estar bien.-yo negué y sentí que mis ojos se llenaron de lágrimas.
-Quiero ir con mi hermano.
-Él.... No puedo llevarte ahí, Jane.
-¿Por qué?
-Porque Harry no quiere verte.
Sentí que algo se rompía adentro mío pero permanecí imperturbable. Cerré los ojos e ignoré las palabras que me eran dirigidas y a las personas que entraban. Sabía que era muy inmaduro mi comportamiento pero no se me ocurría nada más.
-Jane.-dijo Josh y abrí mis ojos con rapidez. Me senté de golpe y tomé su rostro entre mis manos, examinando si tenía alguna lastimadura.-Tranquila, estoy bien. Hey, nena, tranquila.
Las lágrimas se agolparon en mis ojos y lo abracé con fuerza. Tenía miedo de que algo le haya pasado a Josh, pero estaba bien. Él estaba bien.
-Jane, Jane, todo está bien. No llores. Estás bien, nena. Nada va a pasar.
-Voy a decírselo.-dije y me aparté, poniéndome de pie.- Voy a contarle todo.
-Jane, no es el mejor momento.-dijo él pero yo ya había salido en busca de mi hermano.
No fue difícil encontrarlo, era el único lugar del que salían ruidos de cosas que se hacían añicos. Abrí la puerta de golpe y él me miró. Estaba fuera de si. Se veía aterrador y asustado a la vez.
-Escribimos canciones.-dijo.- Josh y yo. Él está ayudándome a aprender a tocar otros instrumentos y componemos juntos.
Harry se acercó a mi, con tan solo dos pasos y acercó sus dedos a mi rostro pero ni siquiera me tocó. Sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Quiero que vuelvas a casa.-dijo en un susurro con la voz rota.
-Hazz...
-Quiero que vuelvas a casa. Necesito que te quedes ahí durante la gira.
Me estremecí ante la autoridad que se hacía acopio de su voz. Retrocedi, chocando con el pecho de Zayn y supe que todos lo habían hablado, que todos creían que la gira debía seguir sin mi.
Esa misma noche, salí rumbo a Londres, perdiéndome el concierto.
Ya no quería verlos, no quería escucharlo, no quería nada porque ya no me importaba, nada me importaba. Y nada me importaría en absoluto luego de todo lo ocurrido.

No importa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora