16

662 43 0
                                    

El primer día de clases. ¿Qué contar? Nada. Absolutamente nada. Todo era distinto y abrumador pero, fuera de eso, nada. Harry fue por mi y yo entré al auto, agotada. Había sido largo el día pero ya me acostumbraria. Sin embargo, fue extraño entrar en un salón y no toparme con Jonas.
-¿Cómo fue tu primer día? -preguntó Harry.
-Bien, supongo.-susurré mirando por la ventana.
-¿Pasó algo?-negué.- Jane, mirame.-obedecí.- ¿Segura que no pasó nada?-asentí.- Entonces, ¿Por qué tan callada?
-Día largo.-suspiré y me dejé caer sobre el asiento cerrando mis ojos.
-Alguien necesita su siesta.-rió y besó mi mano. Yo sonreí y me quedé en silencio. Cuando el auto se detuvo, lo oí moverse.- Pequeña bella durmiente, llegamos a casa.
-Hubiera sido lindo que me despertaras así a la mañana. -murmuré.- Es más simpático que meterme abajo de la ducha.
Él rió y besó mi frente. Ambos bajamos del auto y entramos en la casa, donde todos nos esperaban para comer.
-¿Hiciste muchos amigos?-preguntó Louis. Negué, no me interesaba hacer amigos.
-Necesito dormir.-me quejé y ellos rieron.- Es verdad. No saben lo que me costó mantener los ojos abiertos. Si no hubiera sido por...-guardé silencio y fruncí el ceño. No recordaba su nombre.-No se como se llama.
Sus risas aumentaron y yo suspiré. Había olvidado preguntarle su nombre.
Cuando terminamos, Harry acarició mi mejilla y dijo que fuera a dormir si quería. Ellos debían irse un rato pero prometieron volver antes de que me despertara. Cosa que no fue así. Desperté tres horas mas tarde y la casa estaba vacía. No me gustaba como se sentía, así que decidí salir a dar una vuelta. ¿Mi resultado? Me perdí.
Pasé horas buscando el camino pero no pude dar con él y empecé a asustarme, ya era tarde. Todas las calles eran tan distintas e iguales que no sabía cual tomar. No tenía un celular para llamar ni me sabía los números de los chicos.
-¿Señora, podría decirme dónde está la casa de Harry Styles? -la mujer me miró mal y se fue.
Nadie me respondía y ya era de noche. Era una niña pequeña asustada porque no sabía como volver a casa. Las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas y, cuando ya me daba por vencida, reconocí a Harry en una vereda. Corrí hacia él y lo abracé con fuerza.
-¡Jane!-dijo. Se oía asustado.- ¿Dónde estabas?¿Por qué lloras?
-Me perdí. -dije cerrando los ojos con fuerza y rodeandolo con mis brazos.- No sabía como volver y nadie me ayudaba.
-Ya está. -murmuró y paró un taxi.- Vamos a casa. Nos asustaste a todos. ¿Segura que estás bien?
-No me gusta la ciudad.-lloré y él acarició mi pelo con suavidad.- No encontraba la casa.
-Pero ahora estás conmigo.-murmuró mientras nos sentabamos en el asiento trasero del taxi.- No pasa nada, Jane. Ahora vamos a volver a casa.
-¿Lo prometes?
-Lo prometo.

No importa.Where stories live. Discover now