Capítulo 37: Nuevo trabajo

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El hombre se tomó su copa con tranquilidad mientras revisaba en su agenda algunas cosas, yo seguí con mi tarea de recoger todo y cuando se acercaba la hora me fui hacia la cocina para seguir con mi tarea de camarero. Mi compañero iba introduciendo a la gente que tenía reservas en el comedor y salí a atender las mesas.

Salí al comedor ya con mi uniforme de camarero y me dirigí hacia la mesa que me tocaba atender. Llegué a mi mesa y para mi sorpresa, allí estaba el hombre de antes al que le había servido el trago pero no sólo eso... estaba Fugaku hablando con él sobre un negocio importante. Me di media vuelta de golpe al verle tapándome la cara con las cartas del menú que llevaba y saliendo de nuevo hacia la cocina. Ya pensaba que estaba salvado cuando escuché la voz de Fugaku.

- Ey chico... tomaremos una botella del mejor vino de la casa – dijo sin mirarme y casi lo agradecí.

- Claro señor, ahora mismo – le dije marchándome con rapidez hacia la bodega.

Busqué la botella de vino que había pedido y subí con ella de nuevo para ir hacia su mesa pero en lugar de eso... cogí a uno de los camareros que pasaban por allí y le pedí si podía llevarlo él a la mesa pero claro que no podía... cada uno tenía asignada su mesa para atender y esa era la mía, ya no había cambios que pudieran valer así que aquí estaba, resoplando y sirviendo a la mesa de Fugaku sin querer ser visto. ¿Qué podía hacer? No quería que me encontrase aquí, iría corriendo a decírselo a su hijo y eso no me convencía en absoluto, yo no quería que Sasuke se enterase de que estaba trabajando aquí, hasta me había tenido que mudar de casa para que no me encontrase, ya podía ser feliz con su novia apta para él, yo no quería saber nada del tema, me alegraba por él aunque en el fondo... quizá no era del todo cierto, me habría alegrado más que se hubiera quedado conmigo en vez de con ella.

Supongo que ya no se podía hacer nada. Me acerqué a la mesa tapándome con la botella de vino y la serví tratando de no mirar fijamente hacia Fugaku mientras me colocaba en el lado contrario al que miraba y llenaba su copa. Luego llené la de su compañero y ya me iba tapándome con la botella cuando volví a escucharle.

- Naruto... deja la botella en la mesa ¿Quieres? – me preguntó aunque ya sabía la respuesta y yo me sentí pillado.

- Claro – le dije.

- ¿Qué haces aquí Naruto? ¿Y tapándote con esa botella? ¿Es que no querías verme?

- No es eso... es...

- Por mi hijo sí, me lo imagino – me comentó.

- No quiero que sepa que estoy trabajando aquí, se presentaría.

- No le dejaste explicarte nada y no lo defiendo, nos contó todo lo ocurrido y lo de vuestro trato aunque luego salierais de verdad.

- No sé si realmente salimos juntos – le dije – de todas formas no quiero molestar, estás en una reunión y seguro que es importante, además tengo que volver al trabajo.

- Cuando salgas luego quédate un momento y hablaremos ¿Vale? – me preguntó.

- Vale – le dije sonriendo y tomé sus pedidos para volver a la cocina a darlos.

El resto de la comida simplemente hice mi trabajo y no molesté en la reunión que tenía Fugaku, él tampoco me prestó mayor atención, un camarero más que hacía su trabajo y ya está, lo agradecí. Aún estaba un poco nervioso y es que hasta que no hablase con Fugaku y le contase de verdad que no quería que su hijo supiera nada de mí, no me quedaría tranquilo. ¿Sería capaz de no decirle nada a Sasuke? Eso hacía que me pusiera de los nervios, esa incertidumbre.

Al final de la comida y cuando acabé mi turno, Fugaku me esperaba en el bar. Me cambié lo más rápido que pude por mi ropa de calle y salí. Allí estaba Fugaku tomándose una copa y me acerqué a él pese a que todo el cuerpo me temblaba por los nervios.

- Siéntate y tómate algo conmigo Naruto – me dijo Fugaku sonriendo y me senté en la silla de su lado derecho.

- Entonces... ¿Sasuke ya os contó todo?

- Sí – me dijo – hace unos meses. Al principio nos costó asimilar que pudiera haber hecho algo así.

- También fue culpa mía por haber aceptado y lo lamento, no quise haceros daño con todo ese tema.

- No te preocupes Naruto, no estamos enfadados, de hecho sé que Sasuke lo está pasando peor desde que te perdió. Ha intentado localizarte por todos los medios pero has desaparecido.

- No estaba preparado para enfrentar a Sasuke.

- ¿Y ahora lo estás?

- No – le dije sonriendo – me hizo daño... si todo se hubiera quedado en el trato lo entendería, me habría destrozado pero sabría que había sido mi decisión pero... me pidió salir de verdad y... no estoy seguro si fue otro de sus trucos.

- No lo fue, te amaba, aún lo hace.

- Pero sigue con ella.

- Tiene miedo a perder todo en su vida, Naruto. Lo habría dejado todo por ti pero cuando te perdió... no pudo enfrentarse a perderlo todo. Tampoco está a gusto con esa chica con la que anda, la dejaría por ti Naruto, sólo necesita abrir los ojos.

- Yo no estoy tan seguro de que me ame. Él siempre ha sido tan... mentiroso – le dije.

- Créeme a mí entonces, lo conozco... soy su padre. Es un buen chico y te ama, no ha amado a nadie tanto como lo hace contigo. Tú le has cambiado y lo hiciste para bien. Te necesita, está perdido sin ti.

- No puedo – le dije llorando – no puedo volver con él y prefiero que siga sin saber dónde estoy.

- Fue a tu piso.

- Lo imagino.

- ¿No vas a decirme donde te estás quedando, verdad?

- Prefiero que no. No quiero visitas innecesarias como la de Sasuke.


El Sendero de la Vida (Naruto. Sasu-Naru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora