Capítulo 25: Cena

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Decidí al terminar irme a la casa de mis padres, quería ver a Naruto y saber si estaba bien después de lo de anoche. Me sentía un poco culpable por no haber podido ir a cenar con él, lo había preparado todo y yo estuve hasta tarde enfrascado con el trabajo. Quería compensarle con el restaurante de hoy y lo haría, aún así... después de tener la mañana ocupada decidí tomarme la tarde libre le pesase a quien le pesase. Era la primera vez que iba a escabullirme del trabajo sin tener miedo a las repercusiones y todo era gracias a ese chico rubio.

Supongo que empezaba a ver lo que era realmente importante en la vida y no era el trabajo, era estar con la gente a quien quería, uno de ellos era sin duda Naruto. Contento como estaba me fui a casa de mis padres y aparqué frente a la puerta preguntando al servicio donde se encontraba Naruto. No pudieron responderme ya que lo habían visto hace mucho y ya no sabían dónde podía estar. Fui hacia la cocina para salir por la puerta trasera al jardín cuando sonó mi teléfono. Era Neji.

Parecía que seguía dándole vueltas al tema de Naruto y ahora más que nunca desde que no había ido al trabajo, imaginaba que era por ese chico rubio por lo que yo no había ido y tenía razón, pero fue mi decisión, preferí estar al lado de él aunque me costase mi trabajo. Neji no entendía cómo había podido tomar una decisión de esa magnitud tan a la ligera, pero no era a la ligera, era cuestión de sentimientos y lo que sentía por ese chico era muy real.

Cuando colgué el teléfono seguí buscando a Naruto y lo encontré en cuanto bajaba las escaleras de la terraza de la cocina hacia el jardín. Él venía a paso rápido de la pasarela que llevaba hacia el garaje o más bien... hacia la casa del chófer. Sabía que le estarían montando una fiesta a Kiba así que en cuanto acabásemos de cenar volveríamos aquí para celebrar con Kiba su cumpleaños. No creo que hicieran mucho, más bien le darían las sorpresas y mañana por la tarde harían la auténtica fiesta con sus amigos, o eso imaginé yo ya que era aún muy pequeño como para estar levantado muy tarde.

- Ey Naruto – le llamé y se sorprendió asustándose, eso sí que no me lo esperé - ¿Estás bien?

- Sí – me dijo forzando una sonrisa – estoy perfectamente ¿Te parezco mal?

- Mal no... extraño más bien. ¿Seguro que estás bien?

- Ya te he dicho que sí.

- De acuerdo... sólo venía a invitarte a cenar ¿Te acuerdas? Te comenté que te llevaría.

- ¿Hoy? Pero mira mis pintas – me dijo señalándose la ropa poco formal comparada con la mía.

- No importa, así estás perfecto.

- No mientas, no es cierto.

- Estás guapo de todas las formas, da igual lo que te pongas. Si quieres te llevo a casa y te cambias.

Al final decidimos que iba bien tal cual, tampoco es que él tuviera ropa elegante así que daba lo mismo cómo fuera, a mí no me importaba su forma de vestir mientras estuviera conmigo. Sé que la gente esperaría en ese restaurante que fuéramos elegantes, por mí... podían mirar hacia otro lado si lo preferían.

Llegamos al restaurante y sé que la gente miraba extrañada a Naruto por la forma de vestir con que venía, yo pasé y me fijé únicamente en su radiante sonrisa y en cómo miraba todo con entusiasmo. Sonreí al verle a él, la emoción de ver todo por primera vez. Me alegré por ello, de ser el primero en traerle a un lugar así.

El camarero nos indicó la mesa y nos sentamos. De la carta que nos dieron, Naruto sólo hacía que preguntarme qué era cada cosa y es que tenían unos nombres y algunos ingredientes que él no había escuchado jamás. Tuve que explicarle todos los platos y sonreía al verle susurrarme mirándome por encima de la carta intentando disimular que no me preguntaba. Cuando nos sirvieron la comida, me fijé en los ojos de Naruto, creo que no era su estilo en absoluto.

- ¿Se supone que esto me tiene que llenar? – me preguntó mirando lo poco que habían puesto y me reí.

- No es para llenarte, son platos de diseño.

- Pero tengo hambre y se supone que la comida tiene que quitarme esa sensación. Con esto ni empiezo – me dijo sonrojado y yo sonreí.

- Pruébalo y te prometo que luego dejaré que me lleves donde quieras.

Conseguí que dijera que estaba bueno aunque seguía insistiendo en que no le llenaba así que tras pagar y ver los ojos desorbitados que ponía Naruto por la cantidad que era ese plato tan "Pequeño" como él le llamaba... salimos del restaurante.

- Oye Naruto... ¿Seguro que estás bien? Has estado un poco distante y menos hablador que de costumbre.

- Sí, estoy perfectamente – me dijo sonriendo.

- Conmigo no finjas.

- Es que... tú chófer o el de vuestra familia... me ha besado – me dijo de golpe y me sorprendí.

- ¿Qué?

- Sabe lo del trato y no sé cómo, yo no le he dicho nada. Me comentó que acabarías haciéndome daño y que quería... no sé... supongo que quería conocerme mejor.

- ¿Y qué quieres tú? – le pregunté aunque quería que dijera que estaba bien conmigo... pese al trato.

- No lo sé. Todo es confuso. Está este trato y luego... mi juicio y Yahiko que me besa de repente, ya no sé qué pensar.

- ¿Qué te parece si me llevas a un buen lugar de comida y así te puedo demostrar lo que es una primera cita? – le pregunté.

- ¿Es una cita? ¿Te han pillado el trato y hay que fingir o qué? – preguntó extrañado.

- No, nada de eso. Me gustas y quiero dejar este trato... quiero estar contigo – le dije sin rodeos.

Naruto se quedó sorprendido con la boca abierta de par en par y lo único que me pudo articular fue un "¿Estás seguro de eso?". No pude hacer otra cosa que sonreír y decirle que sí, estaba al cien por cien seguro de que le quería, estos sentimientos no los había tenido por nadie más, no tan intensos como los tenía por él.

- Quiero salir contigo, enserio, sin mentiras y sin tratos de por medio. ¿Me harías el honor de ser mi novio? Al menos formal.

- Sí – me dijo – acepto.

- Venga... veamos dónde quieres llevarme.

- A un lugar donde nunca has ido – me dijo sonriendo y salimos caminando hacia la parte sur de la ciudad.

Llegamos hasta un pequeño restaurante japonés aunque tenía bastante mala pinta por fuera, pese a ello entré siguiendo a Naruto que saludó con efusividad al dueño del lugar. Pidió dos cuencos de Ramen y aunque yo no sabía lo que era, acabé comiéndolo. Estaba bueno y era un cuenco hasta arriba, cómo lo que le gustaba a él. No pude evitar sonreír... creo que éramos muy diferentes... pero también había algo bueno en ello, nos complementábamos, nos atrevíamos a probar la vida del otro y eso me gustaba. Yo le enseñaba cosas nuevas y él me enseñaba cosas a mí. Nunca estuve tan seguro como hoy que Naruto era mi chico perfecto y al salir del restaurante, no pude evitar besarle con pasión, nuestro primer beso auténtico en todas estas semanas y fue el que más disfruté.


El Sendero de la Vida (Naruto. Sasu-Naru)Where stories live. Discover now