Capítulo 36 ∞ Excepción

51.8K 3.8K 502
                                    

          .–Sol–.            
 
  Abrir los ojos y ver la que una vez fue mi habitación me trajo todos aquellos recuerdos almacenados de mi pasado. Luego recordé que, centímetros más a la izquierda, se encontraba durmiendo, al nivel del suelo, Jayden. Y no podía evitar preguntarme que habría pensado de mi familia y de mi verdadero yo, de esa Elodie empollona y ejemplo familiar.

  Me arrastré por mi colchón hasta llegar al borde de la cama para poder ver a Jay dormir. Estaba con el pijama a rayas de Ben que le hacía terriblemente adorable, contando también, su cabello ladeado por la presión de la almohada.

Se desperezaba inquieto y con la boca abierta. Era como ver a un niño atrapado en un cuerpo de hombre. Jayden había madurado demasiado rápido sin poder disfrutar de una infancia en condiciones,  ahora, su lado infantil seguía atrapado en su interior.

  Me recliné demasiado para observarle que acabé cayendo sobre él. Mi cuerpo le aplastó.

   Mierda.

  —Lo siento —susurré por lo bajo mordiéndome labio de pura vergüenza.

    Jayden abrió los ojos despertándose, y al verme encima suyo, añadió:

   —Va a ser verdad lo que me dijo Cody: «Jay, las chicas te caen del cielo».

    Comencé a reírme y, en seguida, su risa se unió con la mía al unísono. Tuve  que apoyar mi barbilla en su pecho para obligarme a parar y coger aire. Su mano se hundió por debajo de mi oreja y me peinó el cabello hacia el lateral. Sentí sus dedos pasar por mi raíz suavemente. Cerré los ojos sintiéndome en plena calma.

—¿Le caí bien a tu familia?

   —No puedo estar más segura. —Abrí los ojos jugando con los botones de su pijama—. Lo que me atemoriza es que no te cayesen a ti bien...

   Alzó las cejas sorprendido.

  —¿Bromeas? Son todos estupendos.

Yo sonreí creyéndome sus palabras.

   —Perdónales si a veces son un poco… cotillas.

   —Eso es lo de menos, se nota que lo de cotilla es hereditario —insinuó mirándome fijamente.

    Lo cierto es que tenía razón, soy una maldita curiosa en potencia. Quiero saberlo todo de todo, por eso me encanta el periodismo. Conocer para redactar.

    —Mañana es acción de gracias —le informé.

   —Lo sé, ¿que se supone que vamos a hacer hoy? —quiso saber.

  Me reincorporé apoyando la espalda contra mi cama.

   —Había pensado en enseñarte más a fondo Kansas, ya sabes, cosas del campo. Pero si eres un chico de ciudad podemos dejarlo de lado.

   —Ni en broma, quiero que me lo enseñes todo.

  —¿Todo?

  Asintió seguro de su elección. Sería divertido ver al estirado de Jayden Irons ensuciándose las manos.

Al final accedió a vestirse con una camisa a cuadros de Colton que le sentaba terriblemente bien. ¿Cómo conseguía que cualquier prenda se amoldara a su cuerpo sin quitarle el atractivo?

Desayunamos las tortitas de mi padre con sirope de arce, y después, nos pusimos manos a la obra. Me ayudó a dar de comer al pequeño ganado que poseíamos, estuvimos arando el campo y paseando por el extenso campo de girasoles. A pesar de que era otoño, no había el mínimo atisbo de nubes que ocultasen el sol.

EclipsadosWhere stories live. Discover now