Vigésimo café

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Empacar siempre ha sido la parte más tediosa de todo viaje. Nunca sabes si hará frío, o calor, o lloverá, o no. Odioso, estresante. Pero la verdad que empacar con Harry Styles ha sido toda una anécdota, sobretodo porque ambos terminamos con valijas más grandes que nosotros mismos.

Todo el mundo en el aeropuerto nos observaba, y con razón: nuestras valijas eran dos veces más anchas que nuestros cuerpos, decíamos chistes y reíamos en voz alta, y Harry llevaba colgada mi mochila blanca con manchas de pintura (totalmente accidentales, todas producto de mis numerosas clases de pintura en los últimos cuatro años).

Fue bastante reconfortante cuando pudimos instalarnos en el avión, colocarnos un par de audífonos y reproducir nuestra playlist favorita de Spotify. Y es que tan a gusto nos sentíamos, que terminamos entonando canciones de The 1975 a todo volumen en medio de un avión repleto de personas.

Pero así era estar con Harry: una completa locura.

(...)

-No puedo creer que la azafata nos amenazó con bajarnos del avión.

Una carcajada escapó de mis labios al escuchar el comentario del rizado.

-No es tan increíble cuando estás entonando Falling for you a todo volumen en un vuelo internacional.

-Pero no vas a negarme que te encantó.

-Nop -negué, remarcando el sonido de la "p" sólo para molestarlo.

Harry bufó. -Fue la mejor experiencia de tu vida, Vi.

Negué con la cabeza, haciendo que mis rizos se muevan conmigo. -He tenido mejores.

-Pero admites que esta fue buena -apuntó él.

Me quedé callada y llamé un taxi con una señal de mi mano. Subimos al primer taxi que se detuvo, tardando más de lo esperado con las enormes valijas. Harry se mantuvo callado, pero nunca dejó de jugar con los dedos de mi mano.

-You're all I need.

Su susurro me chocó, a la vez que la repentina cercanía de sus labios a mi oído y la intimidad de sus palabras. El rizado comenzaba a cantar la letra de aquella canción que una hora antes ambos estábamos entonando a todo volumen.

-According to your heart, my place is not deliberate, feeling of your arms. I don't wanna be your friend,
I wanna kiss your neck.

La intimidad del momento en el que nos encontrábamos me tenía estúpida, tanto que no me di cuenta de que ya estábamos en el hotel y que el chofer estaba esperando que le paguemos.

-Te quiero -susurró Harry, dejando un beso en mi mejilla y luego uno en mis labios-. Y me encanta que intentes molestarme con bromas tontas.

Reí mientras él se alejaba para pagar y luego tomaba mi mano, ayudándome a bajar del coche. -Te quiero, Harry -correspondí una vez en la calle, y besé sus labios nuevamente.






nota: casi 500 lecturas, las amo!!!!!

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