Coffee

Cuarto café

Me detengo frente a la puerta de la cafetería, nerviosa. El incidente de los dibujos ha sido apenas ayer y estoy aterrada con la idea de encontrar a Harry dentro del lugar, algo que es demasiado probable puesto que desde que comencé a venir aquí, él está en su rincón con su libro y su café.

Abro la puerta y entro al cálido ambiente. Harry está sentado junto a la ventana, en el rincón más alejado del lugar.

Busco mi café. La mesa que ha elegido hoy tiene una sola silla, por lo que me acomodo dos mesas más allá. Saco mis cosas de dibujo y observo alrededor, decido dibujar la ventana y lo que puedo ver en el exterior, junto a las mesas que hay dentro.

Comienzo el dibujo y no me falta demasiado para terminarlo cuando siento una presencia frente a mí. Levanto la mirada y me encuentro a Harry parado allí, observando mi dibujo. Me sonrojo al darme cuenta que él está incluido en el bosquejo.

- Lindo dibujo -Murmura antes de seguir su camino hasta la barra. Unos minutos más tarde se sienta frente a mí con una taza humeante en sus manos.

Le miro con el ceño fruncido.

- ¿Te molesta? Han ocupado mi mesa -Explica en voz baja y lenta, no se cómo logro entender sus palabras. Parpadeo un par de veces, me he quedado tonta mirando sus brillantes ojos.

- Sí, es decir, no, no me molesta -Murmuro atropelladamente y quiero golpear mi cabeza con la mesa. Sonrío intentado mejorar un poco la situación pero él no sonríe de vuelta, sólo vuelve a su lectura. Mierda, la estoy cagando cada vez más.

Hundo mi concentración en mi dibujo nuevamente, por suerte ya he terminado la parte en la que aparece Harry y puedo concentrarme en la ventana y el exterior. Levanto la mirada intentando memorizar el paisaje, pero me encuentro con los ojos de Harry clavados en mí.

Mis mejillas toman color rápidamente. Bajo la cabeza y deslizo el lápiz por el papel, pero segundos después me sobresalto por completo por un fuerte ruido junto a mí. La alarma, que he programado en mi celular para llegar a clases a tiempo, se ha activado.

La paro torpemente y miro a mí alrededor: la mirada de todos está clavada en mí. Debo de estar horriblemente roja. Guardo todo en mi bolso, provocando un desastre dentro de él, y me levanto de la silla rápidamente.

- Qué tengas un buen día, Harry -Balbuceo.

El chico asiente y me despido con mi mano antes de salir de la cafetería. ¿Qué diablos ha sido eso?

N/A: bueno hola, preciosas. Ya se que estos capítulos son bastaaante aburridos, pero que cuando ellos comiencen a pasar más tiempo juntos y eso, los capítulos se van a alargar.

All the love, Sofía.