Tintas de carretera.

84 5 4
                                    

Ahora que voy a morir, me apetece que leas esto.

Y es que si voy a morir es porque algo me quema por dentro. Mi sangre.

Yo se que mi sangre no es normal aunque tú me tomaras a broma. Ni roja, ni azul, simplemente otro tipo de sangre; una que busca salir porque se siente agobiada en mi cuerpo.

Lo veo. Se me notan de gruesas las venas, como un mapa de carreteras, y al escribir parte de mi sangre sale con la tinta. Se reduce el cauce y se borran los caminos de tierra, aunque aún quedan las generales y nacionales. No hay forma de deshacerse de ellas.

Y sigo escribiendo y saciando la petición de mis venas, que nunca se dan por satisfechas. Siguen agobiadas. Siguen prietas.

Y tú te lo tomabas a broma; pobre gilipollas.
Mi cuerpo si que me entiende y mi piel se vistió de blanco para emular al papel, pero no coló.

Por eso hoy me voy a morir, porque voy a escribir hasta que una de mis mejillas toque el suelo. Hasta que alguien, en alguna parte, se arrepienta de algo.

Y es que en mi mundo todo esto cobra sentido, lo que no tiene sentido es lo vuestro. Enciendo la tele y solo veo gente que habla mierda sobre otra mierda, para que otros le presten un poco de atención y así ganar algo de dinero que gastarán en una tele más grande, donde poder verse desde más lejos.

Llámame loco, pero prefiero mirarme al espejo donde siempre hay lo que quiero que haya.

Llámame loco, pero prefiero escribir una carta donde siempre leo lo que quiero leer.

Llámame loco, si acaso te faltó hacerlo alguna vez.

Pinceladas de felicidadWhere stories live. Discover now