Funámbulo de tu ombligo.

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Bajo las telas niño harapiento, que está sediento de un par de horas, y bajo estrellas el mismo niño, de los minutos que buscan a ella. Está el reloj muerto de hambre y de pesambre por no poder verla. Y es que de siempre yo nunca miento, pero te juro por mis muertos, que este viento sopla por ti.
Ven, y atas un hilo de ombligo a ombligo pa' que el funámbulo pueda pasar. Como una piedra de tiro a tiro o de bote a bote en el alta mar. Tan alta, tan alta que nadie la escuche, como amantes en la intimidad. O grita, que yo te dejo, que si tu quieres puedes gritar.
Pero ven, que el niño se cansó de labios rojos y "Dios dirás". Que solo pido cinco minutos, a solas pero contigo. Que solo pido ser el equilibrista que cruza el hilo, de ombligo a ombligo, cuando el destino lo tienes tú.
Y si mi vida tornara en libro, yo te dejo firmar mil veces. Y si algún día pende de un hilo espero que sea del que forma el puente, el puente que es el camino, vereda que lleva a verte.
Y si algún día se va tu mito, no quiero volver a verme.
Soplar al equilibrista, con los vientos que trae la muerte.

Pinceladas de felicidadWhere stories live. Discover now