Capítulo quince

19.1K 908 48
                                    

Con Julián susurrándome al oído y con sus manos en mi abdomen bajo me di cuenta de que la línea entre el amor y la pasión es muy delgada, en un segundo puedes pasar de un extremo al otro y cometer errores. Sentía un cosquilleo incontrolable recorriendo mi piel.

No pensaba en nada más que en él, y de pronto mi respiración empezó a cambiar, haciéndose más rápida, Julián lo notó enseguida y se alejó de mi cuerpo, poniéndose a mi lado y tratando de no tocarme, no supe si estaba aliviada o me sentía culpable.

-Y qué dices ¿eh? ¿Te quedas esta noche?

-Está bien, pero...-no dejó que terminara la frase, se abalanzó sobre mí y me plantó un beso rápido en los labios.

-Ahora mismo vamos a recoger lo que necesites a tu casa y te mudarás conmigo-respondió alegremente. ¿Mudarme con él?

-No hablas en serio ¿O sí?

Me dedicó una sonrisa irresistible y dio media vuelta cogiendo las llaves del auto y dejándome con la duda si hablaba en broma o era real. En un momento salí de la casa y reparé en que él ya estaba listo, subí al coche y fuimos a ver mis cosas para la que sería la primera noche con él..., en su casa..., y lo más probable, en su cama.

***

Al llegar al departamento entre nosotros se respiraba un aire de tensión, si mi intuición no era errónea, Julián aún pensaba en lo que había pasado hace unas horas, en la delgada línea entre el amor y la pasión. Mientras tanto yo, ya había olvidado el tema casi por completo. Nos sentamos en la mesa y nos quedamos en silencio.

En estos tiempos, no es como si los hombres tuviesen la fama de ser lo que se dice "tranquilos", especialmente cuando una mujer se va a quedar a dormir en su casa. Aunque ya me había reprendido por pensar de tan mala manera de mi novio, no podía evitarlo. Me preguntaba todavía más si el amor realmente te cegaba tanto que podrías hace cualquier clase de tontería, espero que no, eso no sería conveniente. Julián me miró de reojo y supe que iba a haber una nueva charla como de madre a hija.

-¿Recuerdas lo que te dije una vez en el parque de diversiones?-dijo, claro que me acordaba, la charla sobre sus necesidades.

-Si-me limité a responder.

-Mantengo mi postura ante todo, no va a pasar. Aunque insistas-replicó, sonriendo con la última frase.

-¡Qué yo no haría eso!

-Si me...-y todo se arregló con un golpe que le di en el brazo.

Finalmente, después de comer y charlar, nos cambiamos de ropa, cada uno por separado, y finalmente, sin necesidad de un millar de palabras nos recostamos, yo al lado derecho de la cama y él al izquierdo, nos abrazamos y sintiendo el calor del otro, dormimos muy plácidamente.

***

Al día siguiente me desperté molesta por el sonido de la alarma, pero enseguida se me quitó al ver a un ángel dormido en mi hombro. Sabía que en realidad estaba despierto, pero se veía angelical cerrado los ojos y despeinado.

-No quiero levantarme-murmuró como un niño pequeño-. Quiero quedarme aquí contigo por el resto del mes.

Reí suavemente.

-Haré el desayuno mientras tú te arreglas, comeremos y luego me alistaré yo, mientras tú arreglas.

-Como ordenes cariño-respondió perezosamente Julián, no quise sonar mandona..., pero ¿Qué se le puede hacer?

Me levanté y caminé hacia la cocina, tardé más de lo normal en preparar todo, pues no encontraba las cosas. Cuando al final todo estuvo listo le llamé a desayunar, comimos y me alagó diciendo que era el mejor desayuno que le habían preparado en mucho tiempo.

Finalmente me di una rápida ducha, pero tardé un poco más en arreglarme, cuando salí con el uniforme puesto, él ya había acabado de limpiar, iba con una ropa informal y su clásico maletín. Subimos al auto, me dejó en el colegio y él se fue a su oficina.

No pude concentrarme en clases, al menos no por las dos primeras horas y después de golpearme y repetirme a mí misma que ahora no era momento de pensar en él. Al inicio de la tercera hora logré mi objetivo, y por fortuna duró por el resto del día.

Sara se alegró mucho de saber que todo iba bien, a pesar de que revisaba mi celular a cada momento para ver si tenía un mensaje o llamada suya, pero no llegó ninguna, me decepcionó algo, imaginé una escena mía reclamándole eso más tarde, pero no quería ser tan controladora así que traté de calmarme un poco. Admito que estaba algo desesperada porque sonara el timbre de salida y cuando al fin sonó, salí prácticamente corriendo, algo impropio en mí. Sara me siguió, pero dijo que no iría con "La parejita melosa", porque le chorrearía almíbar por las orejas. Tuve que esperarlo cinco minutos, pero fue genial volver a verlo. Nos saludamos como siempre.

-¿Hoy también vamos a mi departamento?

-¡Fuimos ayer! ¡Hoy vamos a mi casa!

Discutimos solo un poco, pero al final aceptó ir a mi casa. Almorzamos ante la mirada atenta de todos, que trataban de discernir si Julián era mi hermano mayor o algo por el estilo.

Finalmente fuimos a su oficina, saludé con Susana, no sé qué opinaría si supiera de lo nuestro, pero mejor no arriesgarse, hice mis deberes, Julián su trabajo, luego fuimos a ver el ocaso y nos alistamos para salir. Una tarde completamente normal.

Recogimos las cosas en su apartamento y luego llegamos a mi casa, le mostré toda, para que luego del recorrido nos quedáramos charlando en mi habitación. Tomábamos un jugo de mora, y Julián hizo un chiste, yo me reí abiertamente, pero para su mala suerte, tenía la boca llena de jugo y todo terminó en su camiseta, con una mueca divertida se la sacó, no tuve mucho tiempo para observarlo, porque de repente, la puerta de abajo sonó, una llave había entrado en la cerradura y estaba girando. Me asusté al principio, pero luego escuché una voz.

-¿Mariana? ¿Estás aquí?

Todos los músculos del cuerpo se me tensaron y me quedé petrificada por un momento.

-¡¿Mar?!

-¿Quién es ese?-preguntó Julián con un toque de rabia.

-Ay no-lo miré-. ¡Vamos! ¡Escóndete!

-¿Quién es? ¿Por qué te llama? ¿Por qué entró así?-empezaba a levantar la voz, los pasos estaban cada vez más cerca de mi cuarto y la puerta estaba semi-abierta.

-¡Cállate!

-¿Acaso es...?

-Cielo, adoro cuando te pones celoso, pero te juro que mi hermano mayor no es nada de lo que te imaginas, ahora cállate y escóndete rápido.

No sé qué hizo, pero mis palabras parecieron surtir efecto y se movió rápidamente, no sé en dónde se escondió, pero no tuve tiempo de averiguarlo, pues mi hermano mayor se plantó ante mí.

*****

Hola chicos y chicas!! Cómo están?? Espero que bien, bueno, acabo de llegar de vacaciones y escribir esto. Díganme si les gustó.

Besos y chocolates.

Cuídense.

TheGreekEmpress.

Mayor que yoWhere stories live. Discover now