Narra Ale.
Es por la tarde, para concretar un poco más son las 18:24.
Daniel se fue en cuanto llegó mi madre, le dijo que se quedara a comer pero le dije que le dijera que no, ya que le haría un interrogatorio peor que los del CSI.
Lo acompañé a la puerta y se acercó a mi oído "A las 18:30 en mi casa, te quiero" y le di un beso, en la mejilla, haber si mi madre iba a estar cotilleando.
Para colmo me ha venido la regla, y es que, me da un asco que no puedo con ella, lo llevo fatal.
Sólo me queda coger el móvil, que se está cargando en el baño y las llaves.
Salgo de casa y está nublado, pero hace muchísimo bochorno.
Justo a las 18:29 toco el timbre de los Oviedo y me abre Daniel, está guapísimo. Aunque, ¿Alguna vez está feo?
- Que te trae por mi casa vecina. - Me dice.
- Pues que me has invitado, tonto del culo. - Me río por mi expresión, él sonríe y se echa a un lado para que yo pueda entrar.
Entramos y cierra la puerta.
- ¿Y Jesús? - Pregunto al ver que no hay ni rastro de él, ya que siempre están juntos.
- Se ha ido con mis amigos, que también son los suyos. - Ríe y me derrito.
- ¿Y tú no has ido?
- Prefería quedarme contigo. - Dice y me abraza.
Vamos andando abrazados hasta el sofá, nos sentamos y me abrazo a él, aún mas fuerte.
- Tus padres tampoco están, ¿No?
- Que no, que estamos solo. - Dice cansado, por el interrogatorio que le estoy haciendo.
- Bueno, no te cabrees, ¿Tienes palomitas?