Narra Ale.
Le doy una última calada al cigarro y lo tiro, noto una presencia detrás y por su colonia extremadamente olorosa sé que es él.
- ¡Espera! - Me dice, pero no le hago caso y sigo andando - ¿Qué le pasó a tu padre?
Me paro en seco y cada vez que recuerdo aquellas imagenes, el mundo se me viene encima. Algunas lágrimas amenazan con caer por mis mejillas pero no, me las limpio antes de que caigan.
- Enserio dímelo, puedo ayudarte. - Insiste.
- Que te vayas. - Sigo andando.
Me agarra fuerte del brazo, sin llegar a hacerme daño y me da la vuelta.
- Ven a mi casa. - Digo y quito su mano sudorosa de mi brazo.
Llegamos a la puerta y abro mi bolso para sacar las llaves. Daniel mete su mano en mi bolso y coge mi paquete de tabaco.
- Dámelo. - Digo lo más tranquila que puedo.
- Desde cuando fumas.
- Desde que murió mi padre. - Meto la llave en la cerradura, abro, pasamos y cierro.
- ¿Bebes? - Pregunta.
- No te importa. - Le digo al muy cotilla.
- Dímelo.
- Si bebo, sólo en fechas señaladas. - Le explico, más de la cuenta.
- Como cuáles. - Dice preguntando, aunque no lo entona como una pregunta.
- La fecha de la muerte de mi padre, su cumpleaños.. Siéntate. - Le digo y por una vez, me obedece.