Capítulo dos: El mozo

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Me subí en el asiento de acompañante de papa. 

—Hey, ¡como creciste! —Me recorrió con la mirada sorprendido

—Hola pa te extrañe.... —Cayendo en el comentario de papá —¿Cómo crecí? en serio mido 1;50 no crecí ni un milímetro, estoy así desde hace un año —hablé un tanto molesta.

Él rió divertido—¿Qué venís sin valijas este año?—señaló mis manos vacías.

—¿Qué? ¡No! —reí—me las olvide, obviamente —Bajé del auto apresurada y corrí a buscar las valijas. 

Al salir papá estaba esperándome con el baúl abierto, apresuré mi paso como podía ya que este año me llevaba mitad de mi cuarto en aquellas valijas, sin exagerar.

Me miró sorprendido y soltó una carcajada. 

—¿Algo más?—volvió a reír—Mira que no te mudas.

—Ya se, solo traigo lo necesario para sobrevivir. 

Al entrar al auto me miró de una manera un poco misteriosa, le devolví una mirada confundida. Ya que mi madre también estaba extraña.

Encendió el carro —¿Estás lista? —asentí levemente y nos fuimos a toda velocidad.

Luego de unos diez minutos de viaje encendí el estéreo. Estaban pasando sugar de Maroon 5, amo esa canción y el vídeo musical es tan tierno... ¿Algún día me casaré?

Cuando la canción acabó mi padre bajo el volumen y volvió a poner ese semblante misterioso.

—¿Qué pasa?—pregunte ya cansada de que todos estuvieran mirándome así.

—Hija, ¿Sabes que al cumplir los dieciséis todo puede llegar a ser diferente no?.

Reí —¿Qué estás diciendo pa?, lo único que puede llegar a cambiar es que crezca unos centímetros.. aunque es algo no muy posible u.u—Refunfuñé.

—¿Tu madre no te hablo nunca de tu padre biológico y por qué no lo conoces?.

—No, nunca, siempre que le pregunto evade el tema, seguramente la lastimo mucho .. —respondí algo confundida y triste.

—Hija, tu padre biológico no era una persona normal ...

Carcajee—Ya veo era un hombre lobo, no mejor aún un vampiro—abrasé mi abdomen que ya dolía de tanto reír—O   —intenté recuperar el aire—tal vez era un ¿hado? — continué interrumpiéndolo. 

Me echó una mirada asesina, de esas que te hacen sentir el poder de la chancla en tu trasero.

—Si sientes algo raro no dudes en decírmelo ¿de acuerdo?.

—Si pa de acuerdo, cuando me ponga toda blanca y quiera sangre te aviso —lo burlé.

—Cambiando de tema, ¿Cómo va el colegio? —Mi punto débil, dio en el punto débil.

—Eh mmm.. ¿bien? —le resté importancia.

—Este año sabes que te toca ir a un internado ¿no?—me dijo con superioridad y riéndose.

—¿Es una broma verdad?

Él negó con su cabeza.

—No, no es justo ¿Por que?—Me quejé.

—Tu madre me dijo que faltas siempre al colegio o te rateas, así que para evitar eso, ¡Qué más que un internado! —Exclamó victorioso.

—No es justo —Me había derrotado.

 Papá uno Mérida cero, super cero.

El resto del viaje estuvimos callados, disfrutando de la vista y en mi caso, también odiando el internado.

MI PRIMER AMOR |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora