15. ¿Por qué estás mojada?

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Amanecí de muy buen humor. Supongo que el hecho de haber salvado a un niño, haber ganado la batalla y haber recuperado a Legolas el día anterior tenían algo que ver. Sólo tenía que dejar de lado el hecho de que mi "querida" cuñada intentó matarme y ya. ¿Fácil, no? Me levanté de la cama y fuí a darme un baño, estaba MUY sucia después de tanta batalla, necesitaba asearme urgentemente.

Esta vez me aseguré de coger ropa de recambio para no tener ninguna sorpresa en el camino de vuelta y me dirigí a los baños. Una vez allí me desnudé y dejé mi ropa lista, me fijé en todos los morados y todas las marcas que me iban a quedar, sin tener en cuenta los cortes por los brazos y manos. Genial, Mía, estás hecha toda una princesa. Me reí yo sola. Cuando me acerqué a las aguas, aquellas perfectas aguas calientes, me encontré con la hija del rey.

- Vaya, Mía- dijo mirándome con horror- espero que no te duelan mucho...

- Tranquila, gajes del oficio- le quité importancia- no sabes las ganas que tenía de bañare y quitarme todo esta suciedad- reímos.

- Ya me imagino. Oye, esta mañana me he enterado de lo que sucedió ayer con...-dijo intentando recordar su nombre.

- Cora- gruñí.

- Eso, ¿Cómo estás?- preguntó rápido- vaya puta esa cuñada tuya.

- Bien, solo que no entiendo sus razones- me quedé reflexionando.

Era verdad que no la entendía. Es decir, ¿me intentó matar porque soy una elfa respetada y, no gracias a mi familia? Yo me he ganado una reputación. No lo entiendo, soy respetada como Mía, no como la princesa hija de Elrond. Por mucho que acabase conmigo esa supuesta gloria no iría a Elladan. Pero bueno, Cora es demasiado tonta para darse cuenta de eso.

Una vez limpias, salimos de las aguas y nos fuimos a vestir. A estas alturas ya obtba por lo cómodo y no lo políticamente correcto para una elfa. Me puse mis mayas color crudo, las botas gastadas de siempre, una camisa blanca y por último me faltaba la túnica verde a juego con mis ojos. cuando fui a colocármela bien y atarla noté una fuerte punzada en mi hombro derecho. Secuelas de batalla, supongo.

- Oye, te importaría ayudarme con esto- señalé la túnica- Aún estoy resentida- me toqué el hombro.

- Claro, no hay problema.

Justo cuando fui a darme la vuelta para facilitarle la tarea, resbalé a causa del mojado suelo y caí. No pudimos contener las risas y rompimos en carcajadas.

- Oh, joder- reí- eso dejará marca- dije acabando de tumbarme de espaldas al suelo mientras reía.

- Ya lo creo- río fuerte.

De repente escuchamos unos toques en la puerta.

- ¿Va todo bien por ahí?- reconocí la voz de Aragorn.

- Claro- seguía riendo mientras me levantaba del suelo- ahora salgo, espérame.

- Vale- contestó muy extrañado.

- Ven- me susurró mi querida amiga- que te acabo de vestir- me colocó bien la túnica- Aunque vas a estar mojada- río otra vez.

Una vez listas salimos y nos encontramos al montaraz apoyado en la pared con una pierna apoyada en ella y sus brazos detrás de la espalda.

- Vamos, hay que desayunar y preparar el viaje hacia Isengard- me agarró por el brazó- ¿Por qué estás mojada?- dijo retirando su brazo.

Éowyn, se dedicó a mirarnos y aguantarse la risa.

- ¿Mojada? ¿Yo?- me hice la loca- Que va- reí mientras me dirigía al comedor con mi amiga ante la atónita mirada del Montaraz.

- ¡Estás como una cabra!- me gritió.

Rojo Escarlata (CANCELADA)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ