💕tres corazones un solo momento 💕

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La noche ya había caído, y las luces de la ciudad dibujaban destellos naranjas sobre sus caras mientras caminaban juntos por el malecón. El aire estaba fresco, casi frío, lo suficiente para obligarlos a caminar cerca, hombro con hombro.

Abraham iba al centro, riéndose bajito de algo que había dicho Hollman. Hollman lo miraba con los ojos brillosos, como si la risa de Abraham fuera su canción favorita. Betillo, a la izquierda, mordía su popote con celos mal disimulados al verlos tan pegados.

—Ya, no se pasen —dijo Betillo empujando suavemente a Abraham—. Me van a dejar fuera.

Abraham lo miró con una sonrisa traviesa.

—¿Y quién dijo que alguien se va a quedar fuera?

Se quedaron los tres parados frente a una vista impresionante del mar. El sonido de las olas llenaba el silencio que se creó entre ellos. No era incómodo. Era… cargado. Como si algo estuviera a punto de pasar.

Hollman dio un pequeño paso hacia Abraham.

—La verdad… yo sí extrañaba esto —murmuró, con la voz bajita, casi temblando.

Betillo también se acercó, casi sin pensarlo.

—Yo también. A ti —dijo, tocando el brazo de Abraham con los dedos fríos.

Abraham tragó saliva. Podía sentir las dos miradas clavadas en él. Ambos lo querían. Ambos lo deseaban. Y él… él sentía lo mismo por los dos.

—Entonces… —susurró Abraham— ¿por qué estamos fingiendo que no pasa nada?

Los tres se quedaron tan cerca que sus respiraciones se mezclaban. Hollman levantó la mano y la puso sobre la mejilla de Abraham. Betillo hizo lo mismo del otro lado, como si Abraham fuera la pieza central que los mantenía unidos.

Y Abraham, temblando un poco, cerró los ojos.

Los labios de Hollman rozaron los de él primero, suaves, lentos. Betillo los observó un instante… y luego se inclinó, juntando su frente con la de Hollman y besando a Abraham también, al mismo tiempo, desde un ángulo distinto.

Era un beso real.
Un beso de verdad.
Un beso de tres.

Hollman tomó la nuca de Abraham. Betillo deslizó su mano por su cintura. Y Abraham sintió que su corazón se partía en tres y se unía al mismo tiempo.

Los tres se besaron en un solo momento perfecto.
Desordenado.
Intenso.
Hermoso.

Cuando se separaron, todos respiraban rápido, como si el mundo hubiera cambiado de posición.

Abraham sonrió, rojo.

—Esto sí… no lo esperaba.

—Yo sí —dijo Hollman, aún cerca, mirándolo como si el beso no hubiera sido suficiente.

—Yo también —agregó Betillo—. Desde hace mucho.

Pero ninguno de los tres sabía… que no estaban solos.

A unos metros, medio escondido detrás de un poste, Milo observaba todo con los ojos muy abiertos y apretando los puños, como si acabara de ver algo que jamás debió presenciar.

—No puede ser… —susurró para sí, con rabia y algo más oscuro creciendo en su mirada.

La noche seguía tranquila.
Pero Milo ya no lo estaba.

✨💕Abrahaham entre dos amores...💕✨Where stories live. Discover now